La reina Isabel II es la única persona en Reino Unido que se pone al volante sin permiso de conducir, un beneficio del que solo goza el soberano o soberana británica. Ahora que la monarca está a punto de cumplir 93 años (los hará el próximo día 21 de abril), ha decidido dejar el volante aparcado en la vía pública por recomendación de sus asesores de seguridad. Aunque seguirá conduciendo por los caminos privados de sus haciendas en Windsor, Balmoral y Sandringham.

La monarca sigue así los pasos de su marido, aunque en el caso del duque de Edimburgo la decisión de aparcar la conducción se produjo después de una sonada polémica tras un accidente de tráfico en el que salió ileso. El marido de Isabel II, de 97 años, conducía cerca de Sandringham y se incorporó a una carretera primaria provocando un choque contra un vehículo en el que viajaban dos mujeres con un bebé.