Desde hace 25 años el mundo tararea por estas fechas el estribillo de All I want for Christmas is you, el himno navideño que se sacaron de la manga en 15 minutos en un piano Casio Mariah Carey y Walter Afanasieff. ¿Quién les iba a decir que en ese instante de genial inspiración habían dado con el número Pi del villancico moderno que, un cuarto de siglo después, acaba de encaramarse al puesto número 1 en el Hot 100 de la lista Billboard? En 1994, Carey tenía 24 años y su marido entonces, Tommy Mottola, el presidente de Columbia Records y actual esposo de la cantane mexicana Thalia, la convenció para grabar un disco navideño. A ella, que disfrutaba de las mieles del éxito de su hasta entonces álbum de estudio más vendido, Music Box, no le pareció buena idea embarcarse en algo --hasta la fecha-- propio de estrellas al borde de la jubilación.

Finalmente, Carey accedió movida por un deseo, quitarse una espina que tenía clavada desde la infancia. Lo cuenta en Mariah Carey is Christmas, el documental que Amazon ha estrenado este mes para celebrar los 25 años de la canción por la que ella y Afanasieff llevan embolsados 54 millones de euros en derechos de autor, el mismo hit que se acerca a los 609 millones de visionados en Youtube, la tonada más reproducida en Spotify (602 millones), donde además, la Nochebuena del año pasado consiguió el récord de la canción más escuchada en un solo día: 10,8 millones de reproducciones.

Reclinada en un diván blanco, con vestido rojo, zapatos de cristal, y rodeada de árboles de Navidad y regalos, la artista femenina que más ha vendido de todos los tiempos, con más de 200 millones de álbumes, desvela la triste historia oculta detrás de su mayor pelotazo. A los 49 años recuerda que sus circunstancias familiares de pequeña no fueron las mejores: su hermano y ella crecieron sin una figura paterna por el divorcio de sus padres.

Aun así, «estaba expectante de que llegara [la Navidad], pero siempre tuve una familia disfuncional que la arruinaba cada año. No mi madre, ella intentaba que todo saliera bien», recuerda. Y yo pensaba: ‘Cuando sea mayor no dejaré que esto pase, voy a hacer que la Navidad sea perfecta cada año’», prosigue relatando Mariah en el documental de tan solo 11 minutos.

«Tengo una gran conexión emocional con las Navidades, por el sentimiento optimista de estas fechas. Sentí la necesidad hacer una canción que me hiciera sentir feliz», explica. Ese sentimiento es la clave de una canción que, lejos de la melancolía de otros villancicos clásicos, nos ancla al espíritu de la ilusión infantil de las Navidades pasadas y a los buenos sentimientos de las que están por llegar. «Todo lo que quiero por Navidad eres tú», un lema irrebatible que cualquiera podría subrayar. La balada que se escribió de urgencia en un piano siempre le pareció a uno de sus creadores [Afanasieff], «tan básica que sonaba como un ejercicio de escalas para calentar la voz».

Para ser un «calentamiento vocal», la canción tiene más de mil versiones y ha sido interpretada por artistas como Michael Bublé y Ariana Grande. En el 2011 Carey la cantó a dúo con Justin Bieber y un año después la grabó con Jimmy Fallon y The Roots. En el 2003, formó parte de la banda sonora de Love Actually, interpretada por una niña. El himno de Mariah se ha convertido en hilo musical habitual de los centros comerciales para amenizar las compras navideñas, de los conciertos infantiles de estas fechas y de los encendidos de luces de ciudades de medio mundo.

Desde el 19 de diciembre, el Empire State de Nueva York también celebra los 25 años de la canción con un espectáculo dedicado a la artista. El show se une a una gira especial de conciertos para conmemorar la efeméride, un nuevo videoclip de la canción, así como también al espectáculo que cada año, desde el 2014, protagoniza la propia diva en honor a la canción que la ha entronizado como la reina de la Navidad.