Harry Styles es uno de los responsables de que muchos jóvenes hoy lleven americanas con estampado de flores sin pudor. El que fuera vocalista de uno de los fenómenos juveniles de los últimos tiempos, la banda masculina One Direction , ha sido iun 'it boy' durante años, pero también un solista que vende millones de discos, llena estadios cuando está de gira y hasta ha probado suerte en el cine (con 'Dunkerque', el éxito del director Christoper Nolan). El joven, de 25 años, ha pasado de ser héroe de una 'boy band' a ser una auténtica estrella. Y sigue acaparando portadas. La última, la de la edición estadounidense de la revista 'Rolling Stone', cuyo número de septiembre protagoniza con el titular "Sexo, psicodelia y los secretos del estrellato". El motivo? La presentación de su nuevo disco, que ha titulado 'HS2'.

El cantante y compositor británico, que muestra sonriente en las fotos su melena, su pecho al descubierto y con él sus múltiples tatuajes, habla de sus coqueteos con las drogas y asegura que se siente cómodo en este negocio en el que él es la estrella. Sin mencionar el nombre de la banda, asegura que gracias al dinero logrado entre el 2011 y el 2015, cuando Zayn Malik renunció y One Direction se deshizo, podría haberse retirado o haber tomado otro camino, pero quiso seguir jugando fuerte en el negocio de la música. Y ahora, aunque de forma ambigua, tampoco descarta que en el futuro pueda volver a reunirse y hacer algo de nuevo con los chicos. "No creo que diga que jamás lo haría de nuevo, porque no me siento así". Los fans ya han tomado buena nota.

Las nuevas canciones hablan de dolor, de ruptura, efectivamente. Porque no le gusta hablar de sus relaciones de pareja en las revistas,pero la música es otra cosa. "Para mí, la música es el lugar donde dejo que eso aparezca. Es el único lugar, extrañamente, donde siento que está bien que eso aparezca".

PRACTICAR SEXO Y ESTAR TRISTE

El artista, que en marzo pasado actuó en el Palau Sant Jordi, resume de qué va el disco con un "va sobre practicar sexo y estar triste". Recordemos que se le ha relacionado, entre otras mujeres, con la supermodelo Kendall Jenner, la modelo francesa Camille Rowe y la cantante Taylor Swift, una de sus novias más célebres. También salió con Caroline Flack, a la que conoció en el programa X-Factot en el 2011, cuando él tenía 17 años y ella, 31. A Harry, de todas formas, le gusta cultivar un aura de ambigüedad sexual. Durante toda su vida como figura pública ha salido con mujeres, algunas es cierto mayores que él, pero se ha negado conscientemente a ponerle cualquier clasificación a su sexualidad.

Cuando le preguntan en la entrevista, Styles se declara feminista, aunque sin hacer bandera de ello "Pues claro que los hombres y las mujeres deben ser iguales. Es algo muy sencillo". Habla también de su pasión por la música, por clásicos como Fleetwood Mac, y recuerda alguna anécdota con las drogas. "Nos tomamos unas setas alucinógenas, nos tumbamos en el césped y escuchamos 'Ram', de Paul McCartney, al atardecer. Estaba ahí de pie, después de haber tomado las setas. Me mordí un poco la punta de la lengua y yo intentaba cantar con toda la boca llena de sangre. Cuántos buenos recuerdos!", bromea.

Está encantado con haberse convertido en el referente de una masculinidad distinta. Un hombre que ha lucido trajes de Palomo Spain en su gira y que lleva las uñas pintadas. Anna Wintour quiso que él fuera el pasado mayor, y en parte seguro gracias a su fichaje con Gucci, uno de los anfitriones de la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, el evento de moda más importante del año.

En las fotos de esa gala, a Styles, junto a Alessandro Michelle, director creativo de la firma, se le veía comodísimo con una blusa negra transparente con lazada al cuello y chorreras, zapatos de charol, una brillante y negrísima manicura y un pendiente de perla colgando de su oreja derecha. "Ahora estoy más abierto. Estoy descubriendo cuánto bien me hace ser abierto con mis amigos. Sentir esa vulnerabilidad, más que guardártelo todo dentro", explica.

Las imágenes de la nueva campaña de Gucci, realizadas por el cineasta californiano Harmony Korine, lo muestran en un fondo onírico de estatuas y obras de arte, con capas de lana príncipe de Gales y trajes de terciopelo azul, con zapatillas deportivas y lazos en el cuello, entre ovejas y cerditos, vulnerable y romántico, más maduro.