«Muchos jugadores prefieren ser comedidos a la hora de vestir por miedo a ser criticados. Eso les hace ser infelices. Los futbolistas tenemos el poder de influir en la gente y deberíamos demostrar que lo importante es ser feliz con uno mismo». Es lo que piensa Héctor Bellerín, jugador del Arsenal, de 23 años y formado en La Masía del Barcelona, que hace unos días volvió a sorprender con su estilismo al acudir al desfile en Londres de Christopher Raeburn, el diseñador que ha hecho del reciclaje su máxima y que ha fichado por Timberland.

Hay que reconocer que el joven arriesgó con su pantalón a rayas, su impermeable transparente y su gorrito de Prada. Y desde luego no milita en la liga de los Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos para ver quién luce el logo de Gucci más grande. Lo suyo es otra cosa.

No hay más que echar un vistazo a su cuenta de Instagram para ver que el muchacho no tira balones fuera cuando habla de moda. Lo hemos visto con el modelo inglés David Gandy en un encuentro organizado por la edición inglesa de la revista Esquire, compartiendo photocall con Giorgio Armani en uno de sus desfiles y posando con ropa de Prada, Raf Simons, Berluti y Balenciaga, pero también con modelos de diseñadores como Craig Green y JW Anderson. O con ropa deportiva de su patrocinador, Puma, y también de Fear of God, la marca de culto creada por Jerry Lorenzo. El veloz lateral tiene claro que lo suyo es el fútbol, pero su armario también está para jugar.

MÁQUINA DE COSER / De crío tenía a mano tanto el esférico como la máquina de coser. Corre por ahí un vídeo en el que se le ve junto a su madre customizándose él mismo unos pantalones con un estampado y posando después con ellos en una sesión de fotos. «Vengo de una familia a la que siempre le ha interesado la moda. Ahora tengo la oportunidad de crear mi propio estilo e incluso de inspirar a los demás», afirmó en una ocasión.

Así que mientras un veterano como David Beckham promociona el estilo Peaky Blinder que ha puesto de moda la serie británica a través de Kent&Curwen, la marca de moda de la que es copropietario, Bellerín es ya todo un influencer fuera del terreno de juego. Cuida tanto sus apariciones que tanto él como otras estrellas de la Premier League recurren incluso a fotógrafos profesionales para mimar las fotos que suben a sus cuentas de Instagram.

Claro que no todo en su caso ha sido coser y defender la portería. El pasado septiembre, Bellerín denunció en The Times el drama que vivía con los seguidores de su club desde hace tiempo. «Algunos aficionados son muy ofensivos. La mayor parte de los insultos me llegan por internet, pero otros se escuchan en el estadio. Me llaman lesbiana porque llevo el pelo largo y después siguen con otros muchos insultos homófobos. Cuando juego mal, la situación se vuelve insostenible», se lamentó el jugador.

«El problema es que los aficionados todavía tienen una idea muy determinada de cómo un futbolista debe vestirse, comportarse o hablar y, si te comportas de forma distinta, te conviertes en blanco de críticas. Con ese panorama es imposible que un jugador afirme públicamente que es homosexual», reconoció.