Locura. Artificio. Exceso. Dramatismo. La llegada de algunas estrellas a la gala del Metropolitan (Met) de Nueva York dio la nota de por dónde va la muestra de ropa y complementos que el museo acoge hasta septiembre bajo el manto de la estética camp.

Se trataba de nuevo de recaudar fondos, pero a lo peplum. Como Lady Gaga, una de las anfitrionas, que lució no uno sino cuatro estilismos de Brandon Maxwell hasta llegar a la ropa interior y las plataformas. Y es que la velada tuvo muchísimo de postureo drag. Para muestra, la llegada triunfal de Billy Porter aupado en una cama por seis fornidos acompañantes y desplegando en las escalinatas sus alas doradas cual fararón (como en la serie que protagonizó: Pose).

Hubo surrealismo daliniano, colorido psicotrópico y hasta gore, con Jared Leto portando una réplica de su cabeza. Las Kardashian no cabían dentro de sus versaces, y Kim, de su lacrimoso Thierry Mugler. La tenista Serena Williams fue de las más criticadas con su vestido amarillo a juego con sus Adidas. Aunque Katy Perry y su vestido candelabro de Moschino también era de traca, por incómodo. Jennifer López lució un versace plateado. La fiesta, organizada con celo por la editora de Vogue Anna Wintour, también contó con Penélope Cruz, fuera de juego con su chanel bicolor. También sirvió de puesta de largo para Victoria y Cristina, las gemelas de Julio Iglesias.