Ayer Carolina Herrera, la icónica firma que convirtió la camisa blanca un imprescindible del guardaropa femenino, presentó su colección primavera-verano 2020 en la New York Fashion Week. Un evento que destilaba la auténtica esencia de la ciudad, tanto por su ubicación —en unos Battery Gardens flanqueados entre el río Hudson y los rascacielos— como por la colección, que constituía la evolución de su funfadora. Wes Gordon, el diseñador que sustituyó a la icónica diseñadora venezolana, apostó por la feminidad y la elegancia a través de cortes depurados y matices luminosos. En la pasarela neoyorquina se vieron patrones sobrios, donde el vestido ha sido la pieza estrella. Destacaron diseños largos, minimalistas, con volantes y con tejidos ligeros, pero tampoco han faltado diseños de corte imperio con exageradas mangas y estampados florales. Gordon incluyó varios modelos cortos que van a conjunto con faldas de silueta A que actúan como un nuevo y visual traje de chaqueta que se presenta o bien en blanco y negro, o bien en celeste.