Los duques de Sussex están a punto de ser padres, pero parece que este no va a ser el único cambio en su vida. Según ha avanzado el diario británico The Sunday Times, los asesores del príncipe Enrique están diseñando para él un trabajo internacional «a medida», probablemente en África, que combinará labores de representación de la Commonwealth con tareas benéficas y de promoción del Reino Unido.

El plan ha sido ideado, según asegura el citado dominical británico en un artículo, por David Manning, exembajador británico en Estados Unidos y asesor especial sobre asuntos constitucionales e internacionales para Enrique y Guillermo.

Lord Geidt, quien era secretario privado de Isabel II y actual portavoz de la Fundación de la Commonwealth de la Reina, también está implicado en esos planes. El príncipe Enrique y su esposa, Meghan Markle, son presidente y vicepresidente de esa fundación.

No antes del 2020/ La propuesta daría a la pareja, que espera su primer hijo para finales de este mes, la ocasión de disfrutar de un descanso de las divisiones que supuestamente han aflorado dentro de la casa real en los últimos meses, al tiempo que se «refuerza» el atractivo global por este país. Enrique guarda estrechos vínculos con varios países africanos y visita el continente desde su adolescencia. En el 2004 pasó un año en Lesoto, donde, en 2006 fundó una organización benéfica y se cree que se enamoró de Meghan durante un viaje a Botsuana, un país a donde regresó en el 2017. Sin embargo, el periódico apunta a Suráfrica y Malawi como otras posibles opciones. Al parecer, desde la casa real se quiere encontrar un papel «adecuado» para Enrique al tiempo que su hermano mayor, Guillermo, comienza sus preparativos para ser rey en un futuro.

Desde la casa real británica prefieren mantener a Enrique y Meghan como parte de la «marca real» en lugar de dejarles perseguir sus propios proyectos, como una serie de televisión sobre salud mental con la popular presentadora Oprah Winfrey.

Se espera que los asesores de Enrique se entrevisten con el Gobierno británico a fin de determinar cómo sufragar los planes de África y cómo proporcionar seguridad para la pareja durante esa estancia fuera del país, que podría durar dos o tres años.