El cantante Al Bano es un vinicultor entusiasta. Este artista, de aspecto trasnochado y anclado en la década de 1970 -cuando saltó a la fama-, disfruta con pasión de su empresa vitícola en las campiñas de Cellino San Marco, donde se escapa cada vez que puede para agasajarse con las 10 calidades de vino tinto, blanco y rosado que produce. El contexto viene a cuento por el efecto embriagador que el personaje ejerce en la imaginación popular de su Italia natal. Pues Al Bano, además de un especialista en música ligera y pop operístico, es también el protagonista del triángulo amoroso que más apasiona a los italianos, el que él, a sus 74 años, alimenta, junto con su exesposa Romina Power, de 66 años, y su novia, Loredana Lecciso, de 45.

Más allá de su música, Al Bano -pseudónimo de Albano Carrisi- es eso, un culebrón, en el que es recurrente la temática amorosa y donde abundan los enredos y las intrigas. Lo último ha sido su supuesta separación de Loredana Lecciso, sobre la que se empezó a especular en Navidades y el semanario de noticias del corazón Oggi dio su primicia informativa a mitad de enero, si bien ninguno de los implicados lo confirma. Ni desmiente.

Tanto es así que Al Bano incluso acudió hace dos semanas al programa L’intervista, de Mediaset, para contar su versión de los hechos, aunque terminó por abundar en las evasivas y finalmente no aclaró qué había de cierto en los rumores de se paración. «¿Es Loredana tu mujer?», le preguntó el presentador, Maurizio Costanzo. «Bueno, veamos, yo no considero nada realmente mío, porque cada uno pertenece a sí mismo», le contestó él. «¿Y por qué no se casan?», continuó el entrevistador. «Porque yo ya estuve casado una vez y terminó como terminó, ya no lo quiero repetir. Yo creo además que lo mejor de los matrimonios es cuando dos están casados mentalmente, no hay necesidad de papeles», respondió Al Bano, mientras desde el entorno de Loredana se filtraba que ella no estaba viviendo en la casa de ambos en Cellino San Marcos y se encontraba en Pavia. «Loredana Lecciso y Al Bano se han separado», fue el dictamen al unísono de los diarios transalpinos y de la calle.

Dardo a Romina

Pero entonces, después de semanas de silencio, Loredana se reveló al mundo. Enfocada por las luces de las cámaras, maquilladísima y repeinada y con la cara de las ocasiones serias, acudió hace unos días a un programa muy visto por las amas de casa y allí desmintió su ruptura con Al Bano. «En realidad, nadie se ha separado. Lo que hubo efectivamente ha sido un alejamiento seguramente ligado a situaciones que no me alegraron», contó. «No me han gustado nada algunas efusiones, sería hipócrita si dijese lo contrario. Yo lo quiero, estoy enamorada de Al Bano y creo en el proyecto que hemos hecho juntos», advirtió Lecciso.

Su dardo se dirigía directo a Romina, la cantante de origen estadounidense con el cual Al Bano estuvo casado durante tres décadas (1970-1999) y formó dúo musical hasta la desaparición en 1994 en Nueva Orleans de la hija mayor de ambos, Ylenia, de la que nunca más se supo y que hizo trizas la relación. Tanto así que desde entonces y por dos décadas, ambos nunca más volvieron a subirse al escenario juntos e incluso ventilaron su enemistad en programas en los que abundaban el barullo, los reproches -algunos de alto calado- y los insultos.

En el 2014, sin embargo, un empresario amigo de ambos los volvió a juntar y, desde entonces, la sintonía fue recuperándose, así como han aumentado los conciertos de Al Bano y Romina, quienes tuvieron durante su matrimonio otros tres hijos.

Y, con ello, también aparecieron los rumores de una reconciliación, no solo profesional, sino también amorosa. Abonados por el tira y afloja con Loredana -con la cual tiene dos hijos-, que ha sido otra constante en la vida de Al Bano. Tanto es así que la unión incluso llegó a interrumpirse por algún tiempo tras un episodio del programa televisivo La islas de los famosos del 2005, en el que, muy teatralmente y en directo, Loredana Lecciso le anunció la ruptura.

«Al Bano es mío», puntualizó luego, en julio del 2016, la mujer hablando del León de Cellino, como también ha sido apodado el cantante por sus incondicionales. Un culebrón, por lo tanto, cuyo último capítulo debe aún escribirse, teniendo en cuenta además que para este 2018 hay prevista otra gira de conciertos con Romina. El guion ya lleva punto y seguido.