Ni pactos de gobierno, ni sentencia del 'procés', ni subida de las pensiones. En la madrugada del próximo miércoles, superado el tragantón de uvas, el asunto que sumirá al país en acaloradas discusiones no será otro que el vestido que lucirá Cristina Pedroche (Madrid, 1988) al dar las campanadas en Atresmedia, trapo erigido en hito navideño a la altura del Belén o el discurso del Rey. Se ponga lo que se ponga será despellejada, pero la presentadora asiste al debate nacional sobre su figura con la distancia -y la inconsciencia- de las recién llegadas al escaparate mediático, aunque en enero cumplirá diez años en televisión.

-Estas serán sus sextas campanadas. ¿Empieza a ser rutinario?

-Qué va! Llevo una semana con pesadillas, soñando que el vestido no llega a tiempo o que me equivoco al hablar, estoy de los nervios. Pero son nervios necesarios en alguien perfeccionista como yo. Me recuerdan a los de los exámenes de la universidad.

-Allí le ponían una nota, aquí hacen carne picada con su nombre en las redes y los hogares.

-Las críticas me resbalan bastante. Tengo claro que no soy una croqueta y no puedo gustarle a todo el mundo, así que me da igual lo que digan de mí. Hago lo que me da la gana, voy a mi bola y encima me pagan, no me puedo quejar. Por cierto, tengo un contrato anual con la cadena, gano lo mismo dé las campanadas en la tele o las vea desde mi casa. Esto no lo hago por dinero.

-¿Por qué lo hace?

-Porque me encanta llamar la atención y provocar. Lo haré mejor o peor, pero quiero sorprender y no pasar desapercibida, y esa noche es ideal para lucirme, me permite colarme en todas las casas de España. Hasta la gente que no se toma las uvas conmigo, zapea para verme, aunque solo sea para poder criticarme luego. Es lo más!

-Con los problemas que tiene el país, esa noche solo se hablará de su vestido.

-Esto denota que seguimos viviendo en un país machista donde no se acepta que una presentadora salga en la tele como quiere, no como le ordena un hombre. Que quede claro: soy yo la que decide el vestido que luzco, lo que digo y cómo lo digo. Es esta fuerza la que desconcierta y molesta.

-Le he oído decir que su vestido es una declaración feminista.

-Me pongo lo que me da la gana. ¿Puede haber algo más feminista que esto? Ojalá las niñas me vean y digan: olé la Pedroche, si ella va como quiere, yo también puedo.

-¿Le molestan más los reproches feministas de las mujeres o los comentarios soeces de algunos hombres?

-Me afecta que me critiquen las mujeres, porque entre nosotras deberíamos apoyarnos más. Necesitamos sororidad, que ya nos lo pone bastante difícil esta sociedad heteropatriarcal en la que vivimos.

-¿Cómo se relaciona con el público?

-De maravilla. Cuando leo a los 'haters' poniéndome a parir en las redes, me pregunto: ¿dónde viven? Porque en la calle solo recibo cariño. Para España soy la Pedroche. De hecho, me lo gritan: Mira, por ahí va 'la Pedroche'! Pero siempre con afecto.

-¿Qué ven en usted?

-A la chica de barrio que no va de nada. La clave de mi éxito es que soy muy poco aspiracional, la gente me ve como a su vecina o su prima, alguien normal igual que ellos.

-¿Este era su plan de vida cuando estudió Empresariales y Turismo?

-Nunca me planteé trabajar en la tele. Cuando estaba en la universidad hacía trabajillos de camarera y azafata para ganarme algún dinerillo. De repente, un casting me llevó a Sé lo que hicisteis. En ese momento estaba en tercero, pero me preocupé de acabar las dos carreras, porque esto de la tele nunca lo vi seguro.

-¿Ahora sí?

-No, en este mundillo, un año estás y al siguiente se han olvidado de ti. A veces me planteo estudiar otra carrera o hacer un máster. Nunca se sabe lo que puede pasar.

-De momento, se ha convertido en una marca.

-Pero soy una marca muy poco marca. Las marcas son sofisticadas y van cambiando con el tiempo, yo soy la misma que cuando empecé, mis amigos son los de siempre. Más que marca, me veo como mi propia empresa. Cuando no tengo trabajo, me lo invento, no soy de las que se quedan en casa esperando a que las llamen.

-¿Qué le pide al nuevo año?

-Un poco de tiempo para mí. Para mi cuerpo, mi energía, mi yoga Y para recoger la casa, que aún tengo ropa del verano sin guardar. Algún día me gustaría hacer un programa nocturno de entrevistas y humor. Ya tengo título: 'La noche Pedroche'. ¿A que suena bien?