Dolce & Gabbana achica agua en la tormenta perfecta. La marca de lujo italiana ha soliviantado al mercado que cuadra sus balances anuales y no parece que vaya a escampar en breve. Los tres vídeos que la compañía emitió esta semana para publicitar su gran evento en Shanghái desataron las hostilidades. Mostraban a una elegante y bobalicona china intentando agarrar con palillos la pizza, los espaguetis y un cannolo gigante mientras una displicente voz en off enfatizaba su fracaso. La campaña se llamaba D&G ama a China y consiguió odio a raudales por unos ridículos estereotipos que lindaban con el racismo.

La cuestión admitía un debate sosegado sobre la hipersensibilidad en tiempos modernos y se podría haber solventado con una disculpa alegando ignorancia o cualquier otro eximente. Pero entonces se filtraron los mensajes en Instagram de Stefano Gabbana. Se refería a China como una «mafia sucia, apestosa e ignorante» y la describía con el emoji del excremento sonriente. Eso ya no admite debates sosegados ni dudas sobre el perímetro del racismo.

No convenció la pedestre y gastada justificación de la cuenta pirateada ni la inmediata nota de prensa que declaraba el amor a China y los chinos sin ninguna asunción de culpa. El evento del miércoles, subrayado en el calendario anual de Shanghái, fue cancelado. Las modelos se habían negado a desfilar y celebridades como la actriz Zhang Ziyi y el actor Chen Kun habían anunciado su ausencia.

El cantante Karry Wang Junkai y la actriz Dilireba, embajadores de la marca en la región Asia Pacífico, han renunciado. Los principales portales de venta on line, Alibaba y JD, han retirado la marca de su catálogo. También la plataforma de lujo Secco. No las vende tampoco Lane Crawford, una célebre cadena hongkonesa con varios centros en la China continental, después de que varios clientes acudieran a devolverlas.

D&G es ahora tóxica en el mercado que aguantó el sector de lujo durante los años más sombríos de la crisis financiera. Hoy acapara el 33% de las ventas mundiales y en 2025 alcanzará el 46%, según Bain & Company.

La compañía ha emitido un vídeo donde Domenico Dolce y Stefano Gabbana imploran perdón al pueblo chino y prometen propósito de enmienda.