Cayetana Guillén Cuervo ha sido víctima de una estafa cibernética, según ha confesado en el programa "La mañana de la 1". La actriz madrileña de 51 años ha explicado que una banda de delincuentes informáticos ha logrado acceder a su teléfono móvil, suplantar su identidad y enviar un mensaje en su nombre a todos sus contactos de Instagram. Además, la banda la ha extorsionado para poder recuperar su cuenta.

La protagonista de 'El ministerio del tiempo' ha pasado 72 horas muy complicadas, que comenzaron cuando recibió un mensaje privado de Instagram de uno de sus contactos, su amigo personal Eugenio Recuenco. El falso mensaje le avisaba de que el 'copiright' de la red social estaba saturado y que para conservar su cuenta oficial debía "clicar" en un enlace. Cayetana, creyendo que le quitarían su cuenta si no aceptaba las condiciones, y pensando que el mensaje era verdadero, accedió a dicho enlace y en ese momento los ciberdelincuentes entraron automáticamente en su teléfono y en su cuenta de Instagram, reenviando el mensaje que ella había recibido previamente a todos sus contactos.

CHANTAJE ECONÓMICO

La actriz, con sus redes sociales 'hackeadas', fue además extorsionada por los delincuentes, un chantaje al que la hija de Gemma Cuervo no accedió, denunciando el hecho a la policía judicial, que ya investiga el asunto.

Cayetana ha desvelado también qué la policía le agradeció enormemente la denuncia porque, "sin denuncias, no habrá fondos para investigar estos delitos cibernéticos, que son mucho más habituales de lo que pensamos", ha afirmado la actriz.

Al parecer, según le ha informado la policía, se trata de una organización criminal con base en Turquía a la que llevan siguiendo sus pasos desde marzo. Una red muy bien organizada que se dedican a 'hackear' cuentas verificadas de Instagram -pertenecientes a personajes públicos- para robarles las cuentas, extorsionarlos y posteriormente vender esas cuentas. El dinero recaudado con los chantajes va a un fondo de crimen organizado y terrorismo, como ha asegurado Cayetana.