El coronavirus llega a la familia real británica. Carlos de Inglaterra, heredero al trono, ha dado positivo, de acuerdo con el comunicado emitido ayer por Clarence House. El príncipe, de 71 años, «padece síntomas leves, pero su salud es buena y ha estado trabajando desde casa durante los últimos días». En cuanto a su esposa, Camila, de 72 años, «también ha sido sometida a la prueba, pero no tiene el virus».

El matrimonio está aislado por separado y en cuarentena en el castillo escocés de Balmoral, donde «cuentan con un equipo médico que les vigila, por si los síntomas se agravan». El príncipe de Gales comenzó a sentirse mal durante el fin de semana y se sometió a la prueba, que llevó a cabo el equipo de la sanidad pública de Aberdeenshire.

Carlos ha realizado múltiples actos públicos y privados en los últimos 14 días, a los que han asisitido centenares de personas, incluidos encuentros con la reina y con famosos, como los actores Pierce Brosnan, James Norton y Richard E. Grant y el stone Ron Wood. De acuerdo con Clarence House, «no es posible determinar dónde se contagió el príncipe, dado el elevado número de eventos en los que ha participado en las últimas semanas».

CONTAGIO / Esa agenda tan repleta preocupa ahora, especialmente el hecho de que Carlos coincidió el 10 de marzo en Londres con el príncipe Alberto de Mónaco, que poco después dio positivo en la prueba del covid-19. Ambos participaron en un acto de la organización WaterAid, donde intervinieron juntos en una mesa redonda. Dos días más tarde, el 12 de marzo, Carlos se reunió por la mañana con su madre en Buckingham, cita que ahora ha hecho saltar las alarmas.

Los portavoces de Isabel II, que pronto cumplirá 94 años, señalaron en un comunicado que, «su Majestad goza de buena salud. La reina está siguiendo todos los consejos apropiados». La soberana se ha recluido en el castillo de Windsor con su esposo, Felipe, duque de Edimburgo, de 98 años, quien no asistió al encuentro entre Carlos y la reina.

El palacio de Buckingham anuló un mensaje televisado a la nación de la monarca, «por su seguridad» y para dejar que sean políticos y sanitarios los que vayan informando y dando las órdenes al país sobre cómo afrontar la pandemia.

Carlos y Camila habían llegado el domingo a Escocia. Aunque poco antes el príncipe había cancelado varios compromisos de su agenda oficial, sí mantuvo encuentros privados en su mansión de Highgrove. Tras conocer el resultado del test, todas las personas que han estado en contacto con él han sido advertidas. El príncipe ha hablado por teléfono con la reina y con sus hijos. Guillermo dejó el palacio de Kensington en Londres y se ha instalado con su esposa, Catalina, y sus tres hijos en la residencia campestre de Anmer Hall, en Norfolk. El príncipe Enrique y Meghan siguen en Canadá.