Tras explotar su faceta como modelo durante diez años, hacer sus pinitos en el mundo del cine y acompañar al expresidente francés Nicolas Sarkozy en su vida personal durante su mandato al frente del país, Carla Bruni (Turín, 1967) se reivindica «feliz» como cantante.

Precisamente, la polifacética artista visitará España este mes de enero para ofrecer dos conciertos -el día 10 en Madrid y el día 12 en Barcelona- y dejar aquí algo de ese toque francés que en el 2003 le permitió reinventarse como autora del éxito mundial Quelqu’un m’a dit por encima de su pasado como top model y su papel al convertirse en primera dama de Francia.

En el año en el que la relación sentimental de Bruni y Sarkozy cumple diez años, la cantante francesa recuerda sus días en el Elíseo. «Era Carla Bruni incluso cuando vivía en el Palacio del Elíseo. Aquella fue una gran experiencia, pero también una etapa compleja y estoy feliz de que acabara», reconoce.

Su matrimonio con Nicolas Sarkozy, presidente galo entre el 2007 y el 2012, coincidió de pleno con gran parte de su consolidación como intérprete y compositora, algo que en su opinión no tuvo incidencia real en sus creaciones. «Yo nunca tuve poder alguno. Esa fue una idea tonta de los medios. Lo único que podía hacer cuando estaba casada con el presidente era ayudar a otras personas; eso sí que era estupendo», asegura Bruni.

Cinco son los álbumes que jalonan actualmente su discografía, desde el citado Quelqu’un m’a dit (2003) hasta el más reciente French touch (2017), en el que versiona en clave acústica y con su peculiar estilo temas míticos en inglés. Hacer un disco en ese idioma fue idea de su productor, David Foster, multipremiado merced a sus trabajos previos con artistas como Barbra Streisand, Whitney Houston, Michael Jackson o Mariah Carey.

SU CANCIÓN FAVORITA

Foster fue a verla en el 2013 a uno de sus conciertos en Los Ángeles y le propuso trabajar juntos, pero a Bruni le costaba mucho componer en el idioma de Shakespeare y, por ello, decidió grabar un disco de versiones con canciones como The winner takes it all de ABBA o Highway to hell de AC/DC.

«Tenía 24 demos que quedaron reducidas a 11 cortes. No sabría decir por qué estos y no otros, pero todos están atados a mi memoria», argumenta Bruni, que lanzó como primer sencillo su reinterpretación del tema de Depeche Mode Enjoy the Silence, una de sus canciones favoritas «en el mundo entero».

La cantante también se moja en el tema del feminismo. «Por supuesto que soy feminista. Mi generación tuvo muchas oportunidades porque las mujeres que vinieron delante nuestro lucharon», señala. Pero quien ejerciera como modelo de talla internacional entre 1987 y 1997 tiene una visión muy pragmática de estos asuntos, una perspectiva que se extiende a las recientes declaraciones de Adriana Lima, en las que rechazó posar desnuda si no era bajo una causa justificada para no alimentar más los condicionantes físicos y sociales sobre las mujeres.