Ariana Grande ha demandado a la firma de moda Forever 21 por más de 9 millones de euros, después de darse cuenta de que estaban utilizando a una modelo con una apariencia muy similar a la suya para hacer publicidad con su imagen y engañar a los consumidores.

La cantante, que protagoniza la nueva campaña de Givenchy, ha revelado que el equipo de Forever 21 se puso en contacto con ella para que formase parte de la campaña en diciembre del 2018. Sin embargo, la artista rechazó la oferta al considerar que no le pagaban lo suficiente.

La intérprete de Thank U, Next acusa a la marca de haberse apropiado de su nombre e imagen con el fin de engañar a los consumidores y de haberse aprovechado de su fama e influencia con el fin de promocionar sus productos.

Además de denunciar a la citada marca estadounidense, también ha imputado a Riley Rose, la compañía de belleza creada por las hijas de los fundadores. Entre ambas empresas publicaron alrededor de 30 fotografías y vídeos sin autorización, en los que la artista considera que han utilizado los audios y letras de su último disco para confundir.