Josep Santacana, el marido de la extenista Arantxa Sánchez Vicario, ha pedido el divorcio y ha abandonado el ático de Miami donde el matrimonio vivía con sus dos hijos, Arantxa y Leo, de 9 y 7 años, para instalarse en otro apartamento con otra mujer, con la que mantendría una relación desde hace meses.

Según fuentes familiares, Santacana se ha llevado absolutamente todos los bienes de su esposa, incluso los trofeos ganados por la mejor deportista española de la historia, y la ha dejado en la ruina más absoluta, según el diario El Mundo. En cambio, El País, citando fuentes próximas al marido, asegura que éste no se ha llevado nada de la casa, porque llevaban casi dos años separados.

Al parecer, Arantxa vive ahora del sueldo que gana como directora deportiva del centro educativo Metropolitan School de la ciudad norteamericana de Miami (unos 3.000 euros al mes) y de las colaboraciones con canales latinos de televisión en los que la deportista comenta los partidos de la Copa Davis y otros eventos relacionados con el tenis.

Santacana ha reclamado en un juzgado de Miami la custodia de sus dos hijos, alegando que la madre de los pequeños no está en las condiciones psicológicas óptimas para atenderles.

Santacana, que gestionaba el patrimonio de su esposa, se habría hecho con el control de su fortuna, que ascendería a varios millones de euros, invertidos por sociedades de la tenista en otros países. Arantxa tiene pendiente una deuda fiscal en España de 1,7 millones de euros por impago de impuestos entre 1989 y 1993. Además, el Banco de Luxemburgo les reclamaba en enero 7,5 millones de euros, de los que 2,5 millones corresponden a intereses de un aval no satisfecho con el que habrían hecho frente a otras deudas.

El rotativo madrileño El País explica que la familia Sánchez Vicario nunca había visto con buenos ojos a Santacana y había advertido en varias ocasiones a la tenista de la «dudosa moralidad» de su marido. «Arantxa estaba ciega y abducida por este sujeto. Lo veíamos todos menos ella. Encima, todo esto la ha cogido de sorpresa y la convierte en una persona desprotegida y vulnerable, sin contacto con la familia», declara una fuente consultada.

Arantxa y Santacana se conocieron en el 2007 en Ibiza, durante una fiesta organizada por José Guindulain, un conocido subastero de Barcelona. cuando la tenista disfrutaba de su libertad tras un breve matrimonio de un año con el periodista deportivo Joan Vehils. Núria Jiménez, novia de Santacana durante cinco años, explicó a la revista Vanity Fair que mientras estuvieron juntos no le había visto trabajar nunca y que, debido a sus deudas llegaron a perder el piso comprado en el 2004.