La actriz y activista Angelina Jolie ha vuelto a mostrar su faceta más política. En la conferencia de ministros de Defensa sobre las misiones de paz de la ONU que se celebra en Vancouver (Canadá) ha defendido que la violencia sexual tiene que ser reconocida como un arma de guerra por la comunidad internacional y castigada con más fuerza. La actriz ha pronunciado en la conferencia un discurso en el que ha explicado que la violencia sexual está siendo utilizada como arma de guerra porque "es más barata que una bala y tiene consecuencias duraderas" que la hacen "cruelmente efectiva".

Jolie, que ha puesto como ejemplo las violaciones masivas de las refugiadas rohinyás de Birmania, ha detallado que estos abusos son cometidos para "torturar, aterrorizar, forzar a la población a huir" y que "no se trata solo de sexo" sino que es "abuso de poder y comportamiento criminal". Jolie también ha rechazado que las violaciones y abusos sexuales cometidos en conflictos sean consecuencias inevitables de las guerras, y ha recalcado que son delitos que tienen que ser castigados e incluidos en las negociaciones de paz. "Es difícil pero no imposible. Tenemos las leyes, las instituciones y la experiencia para recoger las pruebas. Somos capaces de identificar a los autores. Lo que no hay es la voluntad política", ha terminado señalando.

Jolie ha producido y dirigido la película 'First they killed my father', adaptación de las memorias de la escritora y defensora Liung Ung durante el régimen de los Jemeres rojos. La historia cuenta a través de sus propios ojos, desde que tenía 5 años cuando los Jemeres rojos tomaron el poder, hasta los 9 años. La película muestra el indomable espíritu de Loung y su familia mientras lucharon por mantenerse unidos.