Nada cura mejor una derrota que una victoria rápida para cerrar la herida. Aunque se trate de competiciones diferentes. El tajo que dejó la eliminación de la Champions fue inmediatamente restañado con un triunfo terapéutico en la Liga que escribió, además, la 39ª jornada consecutiva sin perder y la posesión en solitario del récord de invencibilidad que el Barça compartía con la Real Sociedad. Solo Ter Stegen ha estado en esos 39 partidos. En algunos, como en el último ante el Valencia, tuvo una aportación fundamental.

Las consecuencias del revolcón europeo tardarán en desaparecer, y el moratón será visible varios días, pero la sangre dejó de brotar. Un zurcido más útil que bonito se autopracticó el Barça, porque la reparación quedará a expensas de nuevas curas.

Breves momentos de brillantez

Marcaron Suárez y Umtiti, y los momentos de brillantez fueron igual de breves y esporádicos que la cantidad de goles, pero los culés solo pedían una victoria que no ahondara la lesión. Sobre todo, porque el Valencia estuvo pegando todo el rato, hasta el final, con un penalti que mantuvo el desasosiego en la grada y en el césped. Valverde metió a Semedo en el tiempo añadido para que el árbitro, que tampoco ayudó nada, mirara el reloj. Lo miró para alargar un minuto más la agonía culé.

Siete puntos y siete días

Pero el triunfo acortó mucho el camino hacia el título. A siete puntos está la Liga (solo quedan seis jornadas, 18 puntos en juego) y a siete días está la final de Copa, en ese doblete que saldaría con éxito la primera temporada de Valverde, y que ayudará a enterrar el negro recuerdo de Italia.

El triunfo sobre el Valencia, que venía embalado, alivia al Barça en un momento de extravío e indefinición. Se presentó el grupo ante su hinchada todavía despeinado por el zarandeo de Roma. El juego local demostró que la catástrofe dejó huella, como no podía ser menos. A la inseguridad barcelonista se añadió la valentía de un Valencia que se sentía seguro, indiferente a la negra racha de su entrenador ante los colores azulgranas. Nunca ha vencido al Barça en 18 enfrentamientos.

Solo purga Semedo

Valverde no practicó ninguna revolución ni tomó medidas drásticas para promover la reacción. Hizo una labor más psicológica que efectiva a tenor de la alineación que presentó. Sergi Roberto volvió a ser lateral derecho, con lo que Semedo fue el único sacrificado de Roma. Coutinho le sustituyó.

El lesionado Rakitic cedió su puesto a Paulinho, que ejerció, como el croata, junto a Busquets. Muy pronto se echó de menos a Semedo en defensa por la presencia de Guedes, uno de los pocos extremos profundos y hábiles que exigen a un especialista como el lateral portugués y no Sergi Roberto.

La intimidación de Guedes

El de Reus vivió un suplicio que tardó mucho en atajar, sin conseguirlo del todo. Guedes no solo fue el principal rematador del Valencia: fue el máximo rematador del partido hasta que le sostuvieron las fuerzas. La intimidación del jugador portugués impidió a Sergi Roberto asomarse en ataque, recluyéndole en tareas defensivas. Como Alba, perfectamente corregido desde el miércoles.

El defensor de la banda izquierda, que tuvo más fuerzas y más velocidad para estar arriba y abajo, estuvo oportunísimo atrás en un par de intervenciones providenciales. En uno de los síntomas de la huella que había dejado la caída de Roma, de un córner y una falta favorables al Barça salieron sendos contrataques que abortó Alba.

Gol tranquilizador de Suárez

Se produjeron antes del tranquilizador gol de Luis Suárez, que no tuvo suficiente impacto en el partido. Ni engrasó la fluidez del Barça ni desanimó al Valencia, que siguió en pie, a lo suyo. Incluso cuando encajó el segundo tanto de Umtiti, inmediatamente después de su mejor ocasión con un tiro que salvó Piqué bajo los palos.

Veinte minutos mal contados se vio al Barça esperado. Sin Guedes, el Valencia dejó de intimidar. Marcelino cambió a los tres jugadores más ofensivos pero no arregló el asunto. Solo le benefició que Dembélé levantara por los aires a Gayá a cinco minutos del final y el penalti hiciera revivir los fantasmas del pasado que asolan a los culés y que nunca acaban de desaparecer.

FC Barcelona - Valencia (2-1)

Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto (Semedo, min.93), Piqué, Umtiti, Alba; Busquets, Paulinho, Iniesta (Denis Suárez, min.84), Coutinho (Dembelé, min.79); Messi y Suárez.

Valencia: Neto; Vezo, Garay, Gabriel, Gayà; Soler, Parejo, Kondogbia, Guedes (Andreas Pereira, min.69); Rodrigo (Zaza, min.80) y Santi Mina (Vietto, min.71).

Goles: 1-0, m.15: Luis Suárez. 2-0, n.51: Umtiti. 2-1, m.86: Parejo, de penalti.

Árbitro: Del Cerro Grande (Comité madrileño). Mostró cartulina amarilla a Piqué (min.6), Kondogbia (min.12), Gabriel Paulista (min.75) y Dembélé (min.86)

Incidencias: Partido de la trigésima segunda jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou ante 61.544 espectadores.