1. Toda la estrategia por el suelo

Todas las acciones a balón parado del Barça se ejecutaron a ras de suelo. El equipo asumió su inferioridad física respecto al United, asumiendo que, esta vez, Piqué, Lenglet y Busquets, los más altos, no tendrían nada que rascar en el área. Sacó rasa el Barça hasta una falta directa al borde del área. Leo Messi volvió a intentar sorprender a la barrera rival con un lanzamiento por debajo de los pies, convencido de que todos saltarían. Y, en efecto, saltaron. El único que no saltó lo suficiente fue Busquets, que obstaculizó la trayectoria de la pelota.

Solskjaer, el entrenador del United, saluda a Piqué, también exjugador del equipo / DAVE THOMPSON (AP)

El Barça ensayó una nueva ejecución del córner en el primero que lanzó, pero no salió bien. El segundo, el tercero y el cuarto (el único por la derecha) siguieron la fórmula del tres contra dos desde la esquina con la intención de crear una jugada. Hubo una falta indirecta en el primer tiempo y el Barça (Messi) renunció a buscar la cabeza de Piqué. La sacó en corto atrás hacia Alba, pero un grave error, generó un ataque del United.

2. La inspiración de Manchester

Desde que el 16 de septiembre del 2015 no cabeceaba en Roma un centro de Ivan Rakitic, solo, sin oposición y sobre la línea de gol no marcaba Luis Suárez fuera de casa. Tres años y medio han pasado. Y necesitó ayuda el uruguayo para quebrar esa mala racha que brindó el primer triunfo en Old Trafford. Tanta ayuda, que el impacto de la bola (en otro cabezazo) en el abdomen de Shaw motivó que la UEFA considerara el gol en propia puerta.

Luis Suárez se lamenta de una ocasión perdida. / LEE SMITH (REUTERS)

No fue accidental que volviera a marcar en Inglaterra. Suárez conoce las particularidades de los equipos británicos por los tres años y medio en el Liverpool (78 goles en 125 partidos en competiciones inglesas). Una de las dos veces que ha marcado dos goles como visitante europeo fue en Manchester, en el campo del City. La otra fue en París.

Suárez se movió como pez en el agua en el área del United. Sus compañeros le centraron casi sin mirar, sabiendo que estaría en el segundo palo, como si los técnicos hubieran detectado las debilidades de Smalling y Lindelof en los balones cruzados.

3. Semedo progresa pese a las broncas

Es el jugador más increpado por sus compañeros en el campo. Como si fuera el saco de los golpes. Sí es uno de los más jóvenes, uno de los más inexpertos y uno de los que menos sabe disimular menos los errores. Pero Nelson Semedo cuenta con la confianza del entrenador y, unido a su progresión futbolística, le concede grados de respeto de los demás paulatinamente. Anoche se asomó con valentía por el área del United y forzó que Dalot, por ejempo, se fusionara como quinto defensa en el lateral izquierdo para tapar ese flanco. Fue el más estable en el inicio hasta que Piqué se agigantó en el eje de la zaga.

Semedo pugna con McTominay. / JON SUPER (AP)

Valverde ha alineado a Semedo más veces de lateral que a Sergi Roberto (27 a 21), aunque al reusense lo ha empleado en el centro del campo en otras ocasiones. La elección del portugués en Old Trafford dice mucho del pensamiento del técnico. Sergi Roberto entró luego como interior. Atacó, sin ser tan profundo, y defendió sin concesiones.