Sorteando las preguntas incómodas con más o menos elegancia, Solari intenta capear el temporal blanco sin alterar en su mensaje plano y diplomático, complaciente con todo el mundo, pero poco efectivo. Tenemos que ser más resolutivos en el último tercio del campo, repitió hasta cuatro veces, en diferentes respuestas, en una rueda de prensa sin mucho más contenido, en la previa a la ida de octavos de final de la Copa del Rey, ante el Leganés en el Bernabéu (21-30 h.)

En las tres cuestiones sobre las autocríticas declaraciones de Modric, en las que reprobaba, entre otras cosas, la falta de gol del equipo, Solari no acertó más que a justificarse entre una adulación desmesurada al croata. Los números son los que son y trabajamos para mejorarlos, pero es lo más difícil del fútbol, dijo.

El técnico argentino se extendió algo más para hablar de la polémica con el VAR y el penalti no revisado sobre Vinicius, que hubiera acercado el empate del Madrid ante la Real, que terminó ganando 0-2. No son quejas, es defenderse, terminó aduciendo Solari, después de comentar el habitual argumentario blanco sobre la controversia. A otra pregunta esperada y molesta, sobre la escapada de Bale del Bernabéu antes de que terminara el partido ante la Real, respondió de forma escueta: Esas son cosas que solucionamos en la intimidad.

El estreno de Brahim

En el último entrenamiento antes de recibir al Leganés, la gran atracción ha sido el nuevo, Brahim Díaz, sobre el que Solari no ha puesto más que condicionantes burocráticos para debutar este miércoles. No han saltado al césped los lesionados Bale, Asensio, Marcos Llorente y Mariano, además del último en unirse a la lista de convalecientes, Kroos, con una lesión muscular que le va a tener parado menos de un mes. Tampoco entrenaron Courtois y Varane, previsibles descartes por descanso en Copa, donde tendrán cabida los menos habituales y algún joven del filial, además de Lucas Vázquez, sancionado para el partido del fin de semana en Liga, en Sevilla ante el Betis.