El Sevilla recibe hoy al Spartak Moscú obligado a ganar para aferrarse al tren de la Champions, en la cuarta jornada del Grupo E, y remontar de paso el vuelo ante las dudas que le asaltan, frente a un rival peligroso que le ridiculizó en la capital rusa (5-1) y también busca los octavos.

El conjunto español llega a esta antepenúltima jornada acuciado, al jugarse casi todo su futuro en el máximo torneo europeo en 90 minutos, aunque también motivado y concienciado de la necesidad de superar los titubeos que desprende su juego y resarcirse de forma definitiva de su semana horribilis, con tres derrotas seguidas y muy dolorosas (1-0 en Bilbao, 5-1 en Moscú y 4-0 en Valencia). Los sevillistas frenaron esa deriva con dos triunfos balsámicos: 0-3 en Copa al Cartagena, un adversario de inferior categoría, y 2-1 el sábado al Leganés en LaLiga, en la que ahora son quintos, si bien necesitan refrendarlo ante un rival de enjundia como el moscovita, que hace dos semanas, con contragolpes letales, le endosó 5 goles.

Siguen de baja por lesión los dos capitanes y centrales, el luso Daniel Carriço y el argentino Nico Pareja, ex del Spartak, así como el delantero argentino Joaquín Correa, lastimado frente al Leganés, y el lateral francés Carole, no inscrito en la UEFA. Se prevé que Berizzo siga apostando como mediocentros por el galo Steven N’Zonzi y el argentino Guido Pizarro, con la continuidad de Pablo Sarabia en la derecha en un tridente ofensivo al que volverían el argentino Éver Banega y Nolito, con el francés Ben Yedder en punta.

Mientras, el Spartak Moscú viaja a Sevilla consciente de que un resultado positivo le colocaría muy cerca de los octavos de final, un logro histórico para el club moscovita.