Leonel Messi dio la cara después del amargo empate de Argentina contra Paraguay en el segundo partido del Grupo B de la Copa América. "Sería una locura no pasar. Lo vamos a hacer. Estamos pasando un momento complicado,pero estamos mentalizados en poder ganar", dijo el capitán y en su rostro dibujaba un desconcierto al cual no está acostumbrado. El domingo en Porto Alegre ante Qatar se sabrá si Argentina sigue participando de la Copa América. Debe ganar o ganar si quiere quedarse en Brasil. Un empate es casi una despedida.

"Estábamos bien hasta el gol, que fue de la nada. Nos desordenamos", dijo el astro del Barcelona sobre la diana paraguaya. "En el segundo tiempo no quedaba otra que atacar. Conseguimos el empate y después bajamos", reconoció sobre la falta de intensidad del equipo que dirige Lionel Scaloni.

Argentina llegó al certamen con muchas dudas y después de la derrota ante Colombia se agravaron. "Sabíamos que iba a ser difícil, buscando el equipo y funcionamiento. Y no hay tiempo. No es fácil jugar la Copa América. Está todo muy igualado. Cada vez son más parejos los partidos", dijo el mejor jugador del mundo.

Messi trata de apoyar a los más jóvenes pero por ahora no están a la altura de las circunstancias, entre otras razones porque las cosas no salen. "El vestuario está dolido por la situación, hoy era clave ganar para estar tranquilos". Si algo no pierde el diez es la ilusión de que todo esto sea un mal sueño del que el seleccionado se despertará. "Lo veo convencido de ir a ganar contra Qatar. Hay que pensar en positivo, tener confianza. Pensar que si hubiesen hecho el penal, estaríamos sin opciones. Por algo pasan esas cosas, hay que agarrar todo eso. No pudimos ganar el partido para poder despegar. Pero intentaremos hacerlo el domingo para clasificar".

Más allá de las palabras de consuelo, Messi sabe que Argentina se enfrenta a un desafío que en parte depende de sí misma. "Tenemos que mejorar y llegar lo mejor posible para el próximo partido. Es un partido. Dependemos de nosotros".