Luis Rubiales dijo que «pido respeto para todas las personas que se encuentran en proceso judicial», dijo Luis Rubiales, presidente de la Federación, ayer en su intervención previa a la asamblea. Lo hizo en referencia a Ángel María Villar, ex presidente del organismo imputado por corrupción, y a él mismo, denunciado por corrupción y administración desleal.

El presidente, que en su primera asamblea recibió la visita del máximo mandatario de FIFA, Gianni Infantino, y el de UEFA, Aleksander Ceferin, esperó que el día fuera una fiesta del fútbol español, como así fue, con el sorteo del nuevo calendario, todo muy moderno, y con la fecha de la final de Copa, todavía provisional.

Pero la denuncia que interpuso Miguel Ángel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores y antiguo candidato a la presidencia de la RFEF, contra Rubiales por administración desleal, en su etapa como presidente de AFE, y corrupción entre particulares, copó la atención en la comparecencia del presidente.

La asamblea general de la RFEF aprobó el sueldo del presidente, Luis Rubiales, que tendrá un fijo de 160.000 euros brutos al año, más el 0,6% de los ingresos totales por patrocinios, un aspecto que Rubiales quiere potenciar, según dijo en campaña. Con las cuentas presentadas este mismo lunes por el tesorero Eduardo Bandrés, los ingresos por patrocinio de la Federación pueden llegar a reportarle al presidente una cantidad similar a lo que percibe como sueldo base.

Para colocar un límite, la junta estableció que el salario del presidente no podrá superar el 0,175% del total de los ingresos de la Federación que, según las previsiones, serán de 170 millones de euros, lo que colocaría el sueldo máximo que puede percibir Rubiales, que se ausentó durante la aprobación de sus honorarios, en algo menos de 300.000 euros al año.