El Atlético de Madrid afronta la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, el próximo martes contra el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán, con un escenario adverso tras la derrota 1-2 en el Wanda Metropolitano al que la lesión de Diego Costa augura un panorama más difícil todavía para los rojiblancos. La confirmación de que el delantero hispanobrasileño sufre una elongación muscular en el abductor deja al Atlético muy probablemente sin su punta más acertado de cara al gol en estos momentos, con tres goles en los cinco partidos que ha disputado, un tanto cada 102 minutos. La prevención del entrenador argentino Diego Pablo Simeone, que decidió sustituirle en el partido de ayer contra el Girona por el temor a que se pudiera lesionar, no ha sido suficiente para asegurar el concurso del delantero de Lagarto (Brasil) en el encuentro del Pizjuán, donde el Atlético necesita anotar como mínimo dos goles. Una remontada en la Copa del Rey para la cual el Atlético tiene que retroceder casi cuatro décadas para encontrar un precedente similar, en febrero de 1978, cuando levantó un 1-2 a domicilio contra el Athletic de Bilbao con 2-3 en los 90 minutos reglamentarios, 3-4 en la prórroga -los goles fuera de casa no tenían valor doble- y triunfo madrileño en los penaltis.