El gesto de Piqué desafiando a la grada de Cornellà después de evitar la derrota del Barça en el derbi del domingo reventó un partido que hasta entonces no tenía pinta de volcán. Fueron 82 minutos de relativa normalidad y un tramo final de absoluta tensión que aún no se ha calmado.

El central incendió aún más las cosas en la zona mixta del estadio con otra de sus clásicas reflexiones que no han sentado nada bien en el universo blanquiazul. Cuatro exjugadores de indudable sentimiento perico consultados por EL PERIÓDICO reflejan el malestar de un club con más de 117 años de historia.

74 años en Sarrià

Empezamos con Rafa Marañón, el segundo máximo goleador de la historia del club después de Tamudo. Jugó 262 partidos de Liga (111 tantos) con los pericos entre 1974 y 1983, con 17 derbis incluidos. El mítico delantero destaca la calidad futbolística de Piqué antes de valorar sus gestos y palabras.

"No puede jugar con los sentimientos de la gente. Para comenzar, él sabe perfectamente que somos de Barcelona, estuvimos 74 años en Sarrià, un barrio que debe conocer bien. Estamos hablando de un club ancestral, con solo un año menos de antigüedad que el Barça. Si ellos han llegado más lejos habrán hecho las cosas mejor o les habrán apoyado más", comenta el antiguo goleador, de 69 años.

Marañón resta importancia a las palabras del central sobre la procedencia del Espanyol. "Estamos en Cornellà y a mucha honra. Una cosa es de dónde eres y otra dónde estás. Igual el Barça se va alguna vez de Barcelona. El problema es la forma de decirlo. Piqué solo quiere hacer daño".

Los duelos con Migueli, Zuviría y Heredia

El excapitán considera que el comportamiento de la grada fue ejemplar hasta el gesto de Piqué. "Debería ir con cuidado, si algún día es presidente del Barcelona le recordarán todo esto. Yo reconozco que los insultos no están bien, pero a mí me chillaban en todas partes. Es normal generarse enemistades. Si mete el gol y se va con sus compañeros no pasa nada. Y luego se complica la vida con sus declaraciones, tú eres futbolista, ya tendrás tiempo de meterte a político o presidente".

Gerard Moreno cae ante Piqué en el partido disputado en Cornellà / ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

Marañón recuerda sus "guerrillas" en los derbis. "Yo las tuve de todos los colores con Migueli, Zuviría, Heredia y su mítico clavo, pero luego todos éramos amigos. En la selección me ayudaban más los del Barça que los del Madrid, donde había jugado. Antes había menos distancia entre los jugadores, ahora hay más indiferencia", cuenta el veterano.

"Sois todos unos cabrones"

A Dani Solsona, otro de los míticos pericos, le resbalan las palabras de Piqué sobre Cornellà. "Yo he nacido y vivo aquí. Imagínate. Entiendo el cabreo por el tono de desprecio pero no me ofende". También se muestra más o menos comprensivo con la reacción después del gol. "Puedo comprenderla por los insultos que suele recibir, pero con esos dedos y esa expresión de hacerte callar viene a decir ‘sois todos unos cabrones’".

Por donde no pasa el excentrocampista es por la mofa minutos después de acabar el encuentro. "Lo de los chinos, Tabarnia y demás películas es horrible. Piqué es calculador, lo tenía pensado. Esperó su momento para soltarla. Es indefendible", apunta Solsona, de 66 años.

"Comunicado innecesario"

El exquisito centrocampista jugó 234 partidos con el Espanyol entre 1970 y 1978, con 14 derbis en los que vivió todo tipo de experiencias. "Una cosa es el césped y otra cuando ya te has duchado y has comentado la jugada en el vestuario. El Barça no puede justificar esas palabras de Piqué, están mal y punto. Un profesional debe aguantar eso y calmar las cosas, no echar más leña. Es como si el árbitro, al que le dicen de todo, pita un penalti y se pone en el centro del campo dirigiéndose a la grada en plan 'os jodéis todos'. Es impensable".

El exjugador también se muestra crítico con el Espanyol por el comunicado que hizo asegurando que el defensa azulgrana flirteaba con la xenofobia. "Hubiese sido mejor dejarlo en punto muerto, no darle más publicidad, pero hicieron justo lo contrario", concluye Solsona.

Un espejo para mirarse

Otro perico de corazón como Jaume Sabaté se muestra contundente con Piqué. "Lo primero que haría sería coger un espejo y ponérselo delante de su cara para que viera su estúpido comportamiento y sus necias declaraciones para que reflexionara un poco", dice el exjugador y exentrenador blanquiazul, que separa lo que ocurre en el césped, "donde hay un árbitro para poner orden", de las palabras en frío.

"Piqué es un profesional que debe dar ejemplo a los niños que lo ven. Ha rebasado todos los límites. Como dijo Martin Luther King, nada en el mundo es más peligroso que la estupidez concienzuda". El exjugador, de 70 años, apoya la actitud de la entidad blanquiazul en toda esta problemática. "El Espanyol salió a defender a una afición, a defender un sentimiento que estaba siendo desprestigiado. A los profesionales como Piqué les pagan para mostrar sus habilidades, pero también para aguantar estas cosas en los campos".

Seis expulsados

Más reciente fue la aportación de Toni Soldevilla, central que defendió la camiseta perica en 116 partidos de Liga entre 1996 y el 2005. El central considera que se le da más importancia a Piqué de la que merece. "Entiendo que esté molesto por los insultos a su mujer y sus hijos, me pongo en su piel, pero después se tiene que callar. Es innecesario seguir metiendo cizaña viendo que el ambiente está tan caldeado. Parece mentira que haga eso un internacional con su experiencia", asegura el antiguo defensa, que vive ahora en Alicante, donde lleva una escuela de tecnificación para niños entre 8 y 12 años.

Soldevilla vivía a lo grande los derbis. En su memoria siempre quedará el pulso del 13 de diciembre del 2003 contra el Barça de Ronaldinho. "Fue una pasada, los ánimos estaban muy calientes con declaraciones de todo el mundo. Acabamos 8 contra 7 o algo así. A mí me echaron". En concreto, hubo seis expulsados: De la Peña, Soldevilla y Lopo en el bando perico, y Márquez, Cocu y Quaresma en el azulgrana. El Barça ganó 1-3 en Montjuïc en otra tensa batalla.