Gerard Piqué aseguró ayer que su caso no es el de un independentista que quiere jugar con la selección española, aunque defendió que se pueda hacer si no se proclama la independencia de Cataluña, y abogó por el diálogo para dar la vuelta a su situación en la Roja y como camino a seguir por políticos.

«No es incongruente mi postura. Te lo llevo al extremo, que no es mi caso: creo que un independentista podría jugar en la selección española porque no hay selección catalana y el independentista no tiene nada en contra de España», aseguró. «El catalán no está en contra de España, solo quiere su propio país. Si no hay selección en Cataluña y no tienes nada en contra de España, que es un país de la hostia, ¿por qué no podría jugar un independentista con la selección española? Tendemos a llevar todo al sentimentalismo y fanatismo», dijo en una conferencia de prensa en la concentración de la selección española.

«Diálogo» fue la palabra más repetida en una larga comparecencia de Piqué, que invitó a los periodistas a que preguntasen todo lo que quisieran. Deseó incluso extender su atención a los medios, pese a la obligación de terminar para comer con el resto de compañeros y cuerpo técnico de la selección, que esperaban. «Estoy convencido de que hay muchísima gente fuera de Cataluña a favor de que los catalanes puedan votar. Otros tienen una opinión muy diversa. Cada uno puede opinar lo que le dé la gana y hay que respetarse entre todos. Prima el respeto y con el diálogo se puede llegar a buen puerto», explicó.

Pese a dejar entrever su forma de pensar cuando dijo que no es un independentista que quiere jugar con la selección, Piqué nunca respondió a preguntas directas sobre si quiere la independencia para Cataluña, sobre lo que haría si se proclama de inmediato o sobre el discurso de este martes de Felipe VI, al ironizar diciendo que no vio al Rey porque estaba jugando a la pocha con sus compañeros.

«Si soy o no independentista es la pregunta del millón y obviamente no la voy a contestar porque creo que los jugadores somos figuras globales. No puedo decantarme por un lado o por el otro. A partir de ahí perdería la mitad de mis seguidores en España o catalanes, porque la gente pone la política por encima de todo», afirmó.

Respecto a una declaración de independencia catalana, Piqué dijo: «No sé lo que pasaría, es un escenario que tampoco me he planteado. Pero en caso de que así fuera habría un proceso de dos o tres años, como en el ‘brexit’». «En mi caso, como en ese tiempo ya tendré 33 años, no creo que tenga que tomar esa decisión» añadió, tras lo cuál pidió respeto para sus opiniones: «Somos jugadores pero ante todos somos personas. Entiendo que muchos no quieran hablar de política y no mojarse, pero que sean comprensivos conmigo que sí lo hago y expreso lo que siento», afirmó.

En sus dos últimas comparecencias (en la del pasado domingo en el Camp Nou no pudo reprimir lágrimas de rabia), Piqué se ha expresado con una sinceridad de la que no se arrepiente. «Es lo que siento. Estamos en un mundo en el que todos tenemos nuestras opiniones, que vienen por nuestro entorno y lo que nos llega. Es imposible que todos pensamos igual». Y concluyó destacando que «el diálogo acerca de las personas. España y Cataluña son como el hijo que tiene 18 años y se quiere ir de casa».