El Madrid ha encontrado en Fede Valverde un pulmón que le da sentido, entre otras cosas, a la inagotable fuente de fútbol que es Benzema. Entre los dos armaron un inicio de partido con clara superioridad blanca que se plasmó en el marcador con un 2-0 antes del minuto 10. A partir de ahí, el partido fue de cara para los blancos, con un Leganés timorato en la presión, tímido en la intimidación, que le hizo demasiadas concesiones a un Madrid que disfrutó sobre el césped y terminó goleando, aún más. La victoria es un desahogo para Zidane y para el equipo, que se coloca pegado al Barça en la clasificación y, lo más importante, con buenas sensaciones.

En la noche de un miércoles, con frío creciente y un Bernabéu desangelado, Zidane presentó un equipo sin rotaciones, sin descansos, con los titulares que parece que no van a descansar demasiado, entre ellos el centro del campo con Casemiro, Kroos y Valverde, la pieza que le dio sentido al equipo, el Pogba que nunca llegó y que necesitaba el equipo.

El buen partido del uruguayo le dio garantías al plan de Zidane: desde la zona del mediapunta, Valverde lideró la presión, le dio una salida a Benzema y un desahogo a Casemiro, además de hacer de lanzadera para las transiciones del equipo.

Titularidad y gol de Rodrygo

La segunda titularidad seguida de Rodrygo le sitúa el primero en el escalafón de los aspirantes, por delante de Vinicius (fuera de la convocatoria), Isco, Lucas Vázquez El brasileño, llegado sin el bombo de su compatriota, aterrizó con el sendero recién abierto y no se ha demorado en mostrar que tiene muchas virtudes de las que adolece su predecesor, entre ellas el acierto en las decisiones en los metros finales y, sobre todo, la sensibilidad con el gol.

Rodrygo fue el encargado de abrir el marcador, tras una acción en la que Benzema lo hizo todo: armó la jugada en una banda, se movió, recibió el centro en el área y colocó un balón franco que ya era medio gol.

En la jugada siguiente, de nuevo el delantero francés volvió a coger un balón para convertirlo en una jugada de gol para el Madrid, volvió a generar un centro al área pequeña que Kroos remató, antes del minuto 8, con un toque mordido que salvó todos los obstáculos hasta la portería y hundió al Leganés con el segundo tanto.

Partido finiquitado

El partido del Leganés se convirtió en la pelea de un balón de playa contra el viento, un barco de papel contra la corriente de un río, una batalla por evitar lo que parecía inevitable. Tuvo que pelear contra la tendencia que favorecía a un Madrid que siempre estuvo cómodo, con espacios para correr y para provocar los fallos de los de Cembranos.

Así tuvo Hazard un mano a mano en ventaja, que no resolvió ante su evidente falta de forma, pero provocó un penalti que Juan Soriano le detuvo a Ramos, en primera instancia. La repetición que determinó el videoarbitraje, con el gol de defensor blanco a la segunda, terminó de desesperanzar a un Leganés con todo en contra. Cada ataque blanco era un éxito ante un partido a ritmo de entrenamiento, con superioridades constantes y un rival inofensivo que no ponía problemas.

Sentencia de Benzema

El ritmo del partido se había desplomado, sin capacidad de reacción del Leganés y con un Madrid conformista, más centrado en guardar fuerzas que en buscar una exhibición que, en su propia página, Benzema amplió de penalti, tras rematar al palo un minuto antes. Ya en el tramo final, Hazard disfrutó de otro mano a mano, eligió centrar pero no encontró remate.

La segunda del Madrid estuvo a medio camino entre la tentación de disfrutar, como un niño ante una piscina de bolas; y la necesidad de reconfortar a algunos jugadores, el primero un Hazard que no encontró su mejor versión, sin velocidad, desborde ni clarividencia, aunque todo estaba predeterminado para el éxito de cualquiera que vistiera de blanco. El segundo es Jovic, que entró ya con 4-0 y consiguió marcar, primero en fuera de juego y en el descuento de manera legal para hacer el quinto.