El Olympique de Marsella jugará contra el Atlético de Madrid la final de la Liga Europa tras una agónica eliminatoria contra el Salzburgo que se decidió en los últimos minutos de la prórroga con un gol de Rolando, cuando parecía que la semifinal se decidiría en los penaltis.

El resultado muestra una eliminatoria igualada y un encuentro eléctrico, lleno de intensidad, en el que el Olympique supo sufrir, no perdió la fe y esperó su momento para sentenciar.

La eliminatoria se decidió en el minuto 114 con un córner que colgó Dimitri Payet y que Rolando tocó para batir con algo de fortuna a Walke. El sueño de los alpinos se vino abajo cuando tenían tan cerca su primera final desde 1994.

El encuentro comenzó con el ritmo intenso y la agresividad que impuso el Salzburgo, abocado a la remontada del 2-0 encajado en el Velódromo.

El plan de los marselleses estuvo claro desde el inicio: dormir la premura de los alpinos y tratar de morder en la contra o esperar el momento oportuno para rematar la eliminatoria.

En la prórroga el Marsella pareció salir mejor, pero la oportunidad más clara la tuvo el Salzburgo con un remate de cabeza de Caleta-Car tras saque de esquina al que Pelé respondió con un paradón.

Empujados por su público los alpinos volvieron a lanzarse al ataque, aunque el cansancio empezaba a pesar en las piernas de ambos equipos y algunos jugadores, como Payet, mostraban ya con molestias.

Al final, cuando todos se preparaban para la tanda de penaltis, un saque de esquina de Payet lo remató a gol Rolando en el minuto 116. Y se hizo la noche en Salzburgo.