La Comisión Estatal Contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte no ha declarado por el momento de alto riesgo el partido Girona-Real Madrid, pero el club blanco ha decidido extremar las medidas de precaución. Muy preocupado por el hecho de que la situación política que se vive en Cataluña pueda llevar a algún sector de aficionados a manifestarse con agresividad contra los símbolos madridistas, identificados normalmente con los emblemas españolistas, el Madrid ha decidido prescindir para el viaje a Girona del autobús que habitualmente utiliza en sus desplazamientos, según adelantaba ayer el diario El Mundo.

Utilizará uno alquilado sin señales externas que delate que en él viajan los jugadores blancos y en la entidad madridista han aclarado que solo se trata de una medida de prudencia para adelantarse a posibles incidentes. El autobús del Madrid lleva a cada lado, en su parte trasera, un escudo de más de dos metros y los laterales están decorados con imágenes de los jugadores y logos de los patrocinadores.

ATMÓSFERA ALARMISTA / No se trata, según el club blanco, de abonar sin motivos una atmósfera alarmista, sino simplemente de no actuar de forma que alguien pueda considerar una actitud provocativa. No es algo nuevo, ya que el Madrid también suele prescindir de su autobús oficial en las visitas al estadio del Atlético y a otras plazas muy hostiles como Bilbao, Valencia, Sevilla, Pamplona y la misma Barcelona para evitar que se convierta en objetivo prioritario de ataques violentos de los aficionados más radicales.

Se ha tenido en cuenta, además, que Girona es una de las ciudades catalanas donde el independentismo tiene mayor respaldo popular y es la localidad natal del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, seguidor del club de su ciudad, quien por ahora no ha confirmado su presencia en el palco de autoridades de Montilivi.

El Madrid juega tres días más tarde en Wembley contra el Tottenham y allí sí estará el vehículo oficial madridista.