Tras la marcha de Zinedine Zidane del Real Madrid se abrió una nueva etapa en el equipo liderada por Julen Lopetegui, que llegó con las ideas claras y tras la pretemporada se han podido ver tres consignas básicas que impone a sus jugadores: posesión, presión alta y movilidad.

El 31 de mayo de 2018 alteró todos los planes que el Real Madrid tenía para la temporada 2018-2019. Zidane dimitió contra pronóstico de su puesto de entrenador tras lograr cinco días antes la tercera Liga de Campeones consecutiva imponiéndose 3-1 al Liverpool en Kiev.

La vacante fue ocupada por un Julen Lopetegui al que su llegada al Real Madrid, confirmada tres días antes de que España debutase en el Mundial, le costó el puesto como seleccionador nacional en una jornada día que aseguró ser el día más triste de su vida después de la muerte de su madre.

Una tristeza que dejó atrás y el 16 de julio se puso manos a la obra con el Real Madrid llevando su libro de fútbol a su nuevo reto. Los equipos de Lopetegui -entrenó al Rayo Vallecano (2003-2004), Real Madrid Castilla (2008-2009), secciones inferiores de la selección española (2010-2014) y Oporto (2014-2016) antes de llegar a la absoluta de España y al conjunto blanco-, se caracterizan por tener el balón, intentar robar el esférico rápido tras pérdida y la permuta constante de posiciones de los atacantes.

Estas premisas son innegociables para el vasco y tras cuatro partidos de pretemporada el equipo ya ha notado el cambio respecto a la etapa de Zinedine Zidane. Tras la derrota frente al Manchester United (1-2), el Real Madrid realizó su mejor fútbol hasta el momento en la segunda parte del partido contra la Juventus de Turín (3-1) y en el encuentro que le enfrentó a la Roma (2-1).

En estos últimos, el conjunto blanco sumó un 65 por ciento de posesión a través de la cual dominó el partido y logró hacer que esa superioridad fuera efectiva para crear ocasiones gracias a tres centrocampistas escalonados que ayudaban a la salida de balón y a poner a los laterales muy abiertos para poder oxigenar el juego por los costados y no rifar el esférico.

Un balón que el Real Madrid además de cuidar intenta recuperar rápido. Lopetegui insistió mucho en la presión alta cuando dirigía a España y en su nueva etapa en la capital de España no va a ser distinto. Para ello exige trabajo a todos y propone un equipo corto, con la defensa muy arriba, para ahogar al rival y que pierda el cuero o se vea obligado a sacar en largo y rifarlo.

Una consigna que beneficia a los atacantes ya que pueden generar peligro con la defensa rival desordenada y el tridente por el que está apostando Julen es experto en combinar rápido y aprovechar la velocidad. Durante el último partido de pretemporada, en el 39º Trofeo Santiago Bernabéu frente al Milan (3-1), Bale, Benzema y Asensio disputaron 75 minutos, lo que es una pista de por qué jugadores va a apostar en la Supercopa de Europa frente al Atlético de Madrid.

Tres futbolistas llamados a sustituir a Cristiano Ronaldo, que abandonó este verano el Real Madrid rumbo a la Juventus de Turín, y más aún después de que el Real Madrid no haya reforzado la delantera -el mercado de fichajes finaliza el 31 de agosto-. Lopetegui cree en ellos y por eso les da libertad absoluta en las posiciones de ataque.

Asensio se destapó como falso '9' frente a la Juventus con dos goles y dio un recurso más a su técnico, que ve en Benzema el complemento perfecto y en Bale el líder sobre el terreno de juego que debe sumar la mayoría de goles que los últimos nueve años logró Cristiano.

Con casi un mes de trabajo llega el nuevo Real Madrid de Julen Lopetegui a la Supercopa de Europa que se disputa en Tallin (Estonia) frente al Atlético de Madrid mañana, el primer derbi madrileño de la temporada, y en el que el entrenador vasco se juega el primer título de la temporada.