La selección de Italia confirmó la debacle absoluta, no pasó del empate 0-0 ayer contra Suecia, en el partido de vuelta de la repesca para acceder al Mundial por lo que, en virtud del 0-1 sufrido en la ida, no consiguió clasificarse para la Copa del Mundo de Rusia 2018.

La Azurra faltará a su primer Mundial desde 1958. Tan sólo en esa ocasión, curiosamente en Suecia, y en la primera Copa del Mundo, disputada en Uruguay en 1930, a la que no acudió pese a estar invitada, la máxima competición futbolística no contó con el conjunto transalpino.

Italia buscó con todo el gol para forzar como mínimo la prórroga en el duelo del estadio San Siro de Milán, pero no consiguió romper la sólida defensa de Suecia que, por su parte, volverá a jugar un Mundial tras perderse las últimas dos ediciones.

Es uno de los momentos más negativos de la historia de la selección azzurra, cuatro veces campeona del mundo, y de su capitán Gianluigi Buffon, que terminó entre lágrimas su historia personal con el equipo nacional de su país tras 20 años de carrera.

Buffon, sin poder reprimir el sollozo, fue el primero en hablar después de la «debacle» absoluta de Italia, y en una entrevista con la cadena nacional Rai Sport admitió llorando toda su decepción por el objetivo fallado. «Lo siento, pero no por mí, por el grupo. Porque hemos fallado un objetivo que a nivel social era importante, esta es mi única decepción y no la de terminar (la carrera con Italia). El tiempo pasa para todos y es correcto que sea así», declaró. «El deporte enseña a perder en grupo y a ganar en grupo, a compartir alegrías y dolores, méritos y deméritos. El técnico tiene la misma culpa que tenemos nosotros», afirmó. Preguntado sobre qué futuro ve para el fútbol italiano, Buffon dijo que los azzurri siempre lograron «levantarse después de las caídas más feas».