"Muchas cosas nos han sorprendido de Japón. Es un país muy tradicional. Y en el deporte, también. Aquí los cambios cuestan mucho. En nuestro primer día de entrenamiento en el Tokyo Verdy vimos aparecer a todos los jugadores con zapatillas deportivas. Y les dijimos: ‘¡Olvidaros de ellas! ¡Aquí jugamos a fútbol! ¡Poneros las botas, por favor!’ Pero ellos, nos decían: ‘No, no, aquí los primeros días se entrenan solo con zapatillas’. No lo podían entender y los jugadores más veteranos nos decían: ‘Esto en Japón no sirve. Aquí hay que entrenar más fuerte!’

No se daban cuenta de que con el balón se puede entrenar igual de fuerte físicamente. Pero empezamos bien y, poco a poco, se iban adaptando. Luego, eso sí, los mismos veteranos nos mandaban mensajes. ‘En la segunda vuelta bajaremos, no aguantaremos y no conseguiremos puntos’.

Pues, el Tokyo Verdy fue el equipo que más puntos hizo en las segundas vueltas de los dos temporadas que estuvimos allí. Con eso les convences. No les convences con palabras sino con hechos. Ellos entrenaban como hacíamos en España hace 30 años. No, no me considero el pionero. Hay más gente. Llevo más tiempo que Lillo (Vissel) o Carreras (Sagan Tosu). Pero ahí están también Ricardo Rodríguez (Tokushima) y Esnáider (JEF United).

Aparecimos hace dos años los tres y fuimos los primeros en dar vacaciones de 30 días a los jugadores. Ellos no lo entendían. Algunos me pedían que les buscara un equipo en España en diciembre para entrenar. Pagando ellos, claro. Pagando viaje, alojamiento, todo… ‘'Queremos mejorar", me decían. No es un problema para ellos, es su cultura.

HORAS DE ENTRENAMIENTO

Son jugadores muy buenos técnicamente porque pasan horas con el balón. Quizá le falta el sustrato táctico. Si le dices a un jugador, debes corregir este golpeo o control, pues ahí lo tienes, tras cada entrenamiento, quedándose una hora o dos más trabajándolo. Los debes cortar. Es una pasada.

El segundo problema es la toma de decisiones y la falta de competitividad. A ellos les cuesta fallar. Fallar no en el pase, pero sí en el dribling. Diría que es una cuestión de educación. Driblar y que les quiten el balón está como castigado.. Quizá no castigado, pero son muy rígidos en ese aspecto. Debes animarles a que regateen.

Tengo una anécdota. Un día ganábamos 1-0 y en el minuto 92 hice un cambio para perder tiempo. ¿Qué hizo el jugador? Pues vino corriendo hacia el banquillo. Luego, me dijo: ‘Si no corro, la afición rival se enfada conmigo’. Esa es su mentalidad. A nosotros nos ayuda que el fútbol español está de moda por lo que ha hecho el Barça, la selección española y por tantas Champions del Madrid.

EL TALENTO ESPAÑOL

Todos quieren gente española. Creo que desde fuera se dan cuenta de ese talento. Aquí hay mucha pasión con la Liga. Ahora, y con la llegada de Iniesta, Torres y Villa se nota más aún. Antes no tenían ni contrato televisivo. Ahora, con DZAN, se televisan todos los partidos. La media de asistencia de la pasada temporada fue de 18.000 espectadores y en este partido contra el Vissel que hemos ganado (1-0) se habían vendido las 44.000 entradas.

Es verdad que el primer deporte aquí es el béisbol, pero a nivel de licencias de chicos jóvenes el fútbol lo está superando. Los críos juegan en la calle. Vas a un parque y ves jugar a béisbol y a fútbol. En España eso ya no pasa.

El país es una maravilla, con una mezcla buenísima que te llama mucho la atención. Un mezcla de seguridad y respeto. Vas por la calle y no pasa nada. Vas a la cafetería, hay cola, dejas el móvil en la mesa y cuando vuelves sigue ahí. Da igual que pasen 15 o 20 minutos… Y luego también el respeto de la gente. Todo eso te envuelve en una atmósfera muy bonita de vivir.