Un espectador del partido de fútbol entre el Malinas y el Genk, correspondiente a los octavos de final de la Copa de Bélgica, acabó el miércoles enfundándose las botas y ejerciendo de juez de línea durante unos minutos del encuentro tras varias lesiones de los colegiados titulares.

"¿Hay algún árbitro presente en las gradas? Es una pregunta seria", se escuchó en los altavoces del estadio del Malinas en el descanso de la prórroga, después de que dos de los árbitros del cuarteto titular se lesionaran y el juez de línea asumiera el rol de colegiado principal, informaron medios locales.

Un árbitro aficionado

Un hombre llamado Luc Bosmans, que habitualmente oficia encuentros de la Primera División provincial en Bélgica y estaba en el estadio como espectador, se ofreció a ocupar el puesto del línier, algo permitido por el reglamento según el diario belga 'Le Soir'.

La prórroga, cuyo descanso duró algo más de lo previsto mientras el improvisado voluntario se calzaba las botas y el uniforme arbitral, se reanudó y el partido acabó en la tanda de penaltis, donde se impuso el Genk para avanzar hacia la siguiente fase del torneo.

La felicidad del voluntario

Según el diario flamenco 'Het Nieuwsblad', Bosmans llegó a tener que intervenir después de que uno de los jugadores improvisara un baile en el área después de anotar su penalti. "Ha sido el segundo momento más bonito de mi vida", afirmó el improvisado árbitro, aficionado del Malinas, de 45 años, a los medios locales tras el partido, y agregó que el primero había sido la victoria de su equipo en un torneo europeo en 1988. Pese a la derrota de su equipo, Bosmans se mostró feliz por "haber visto el partido desde el mejor sitio del campo".