Con las dudas recientes del Atlético y el Real Madrid, una distancia para ambos de ocho puntos con el líder Barcelona y la necesidad reivindicativa de Antoine Griezmann, Cristiano Ronaldo o Karim Benzema irrumpe este sábado un derbi a presión, el primero en el Wanda Metropolitano, sin margen de error.

Ninguno de esos factores permite un fallo más ni al Atlético ni al Real Madrid, de nuevo reencontrados en esa sucesión de revanchas y partidos transcendentales de los últimos años, ya 24 en la era Simeone, la que ha reequilibrado el derbi, con diez triunfos blancos, ocho rojiblancos y seis empates.

No es el mejor momento de ambos colectivamente: dos triunfos en sus últimos nueve duelos oficiales, los dos de visitante, en el caso del Atlético, y dos derrotas en sus tres choques más recientes de competición en el del Real Madrid.

Pero tampoco individualmente, porque ambos aguardan el mejor nivel de jugadores determinantes. Lo hace el conjunto rojiblanco con Antoine Griezmann, atascado en su peor racha goleadora con el Atlético y que ya va por los siete encuentros consecutivos sin batir la portería rival, y el club blanco con su compatriota Karim Benzema y el portugués Cristiano Ronaldo, este último alejado de la eficacia que ha asegurado cada curso.

Los tres asumen el foco de los goles en el primer derbi en el estadio Wanda Metropolitano, que estará lleno para la cita y para animar a un Atlético mermado por su propia irregularidad. Lleva tres empates y una derrota en sus últimas cuatro comparecencias ante su público, pero a la vez llega rearmado tras este parón de 14 días.

En ese tiempo, ha recuperado a Koke Resurrección, Yannick Carrassco y Filipe Luis, ya superados un edema muscular, una tendinopatia rotuliana y una elongación, respectivamente; ha dejado sin un solo nombre su lista de lesionados y se ha entrenado a tope, preparado para el desafío que supone siempre el Real Madrid.

Koke volverá directo al once, ya ultimado por Diego Simeone, que propone variaciones tácticas: el francés Antoine Griezmann como único delantero y Thomas Partey como media punta, en una especie de rombo polivalente en el medio para el ataque que completan Gabi Fernández y Saúl Ñíguez. Ángel Correa jugará hacia la banda derecha.

En la defensa repetirá Lucas Hernández, el elegido por el técnico en lugar del recién recuperado Filipe Luis para el lateral izquierdo y que se enfrentará a su hermano Theo. Juanfran Torres jugará por la derecha, Stefan Savic y Diego Godín ocuparán el centro de la zaga y Jan Oblak cubrirá la portería en el derbi de este sábado.

Enfrente, el Real Madrid llega con la presión de verse obligado a ganar. La intenta esquivar públicamente Zinedine Zidane, pero le basta con mirar la clasificación para ver que los ocho puntos de distancia con el Barcelona, once si vence en Leganés el equipo de Ernesto Valverde antes del inicio del derbi, es una distancia que ningún equipo logró remontar en la historia de la Liga. Sería un reto mayor.

Por la magia de Isco Alarcón pasan las esperanzas del madridismo, que aguarda a la resurrección goleadora de Ronaldo y Karim Benzema en un día decisivo.

ANSIEDAD / El portugués apareció en numerosas ocasiones en una gran cita y su ansiedad se ha disparado tras una única diana liguera. El mismo dato lo presenta el francés, a quien importa menos no marcar y llega a la cita con el buen sabor en la boca de aquella jugada para la historia en el último derbi del Vicente Calderón, en la que sentó a tres rivales sobre la línea de fondo para diseñar la jugada del tanto decisivo de Isco Alracón en la Liga de Campeones.

El 1-4-4-2 de Zidane, con rombo en el centro del campo y libertad para Isco, es la apuesta para superar la estrategia de Simeone en un nuevo duelo táctico. En portería llega el primer derbi para Kiko Casilla.