Con el derbi de este sábado ante el Espanyol empieza el mes decisivo del Barça. Treinta días, hasta el 28 de abril, en los que disputará nueve partidos (siete de Liga y dos de Champions, los cuartos de final frente al Manchester United), que terminarán con la primera oportunidad de celebrar el segundo título de la temporada después de la Supercopa de España. Si el equipo de Valverde no fallase, recibiría al Levante en la jornada 35 con la fiesta del alirón. Le sobrarían los cuatro últimos partidos, gracias a la ventaja que se habría ampliado sobre el Atlético al que recibe el 6 de abril.

Pero el Espanyol procurará que el equipo de Valverde falle. Nada haría más feliz al aficionado perico que intuye que la temporada ha terminado de forma anticipada en la lejana equidistancia de no aspirar a Europa y de no sufrir por el descenso. El Espanyol ha cumplido una década de derrotas en el Camp Nou. Desde que Iván de la Peña anotara dos goles (1-2) en febrero del 2009 y el Barça de Pep Guardiola se trastabillara en un camino que terminó con el primer triplete de la historia. "No esperamos un milagro en el Camp Nou, sino dar nuestra mejor versión", dijo el españolista Esteban Granero, por entonces en el Getafe.

Preparativos a puerta cerrada

El triplete que persigue Valverde y que Rubi intentará entorpecer. Ya lo intenta en los preparativos. En Sant Adrià se vive una semana especial, con más sesiones a puerta cerrada que nunca y a la hora del partido (16.15 h.). "Cuando hay derbi, la semana se hace más larga. No diría que haya ansiedad, sino motivación y sensación de una gran responsabilidad", explicó Granero.

La puerta lleva años cerrada en Sant Joan Despí. Pero Valverde no habrá podido dedicar tantas horas sobre el terreno como su colega. Apenas habrá un entrenamiento con todo el grupo tras el regreso de los internacionales que faltaban: los españoles (Alba, Busquets y Sergi Roberto), los brasileños (Arthur y Coutinho) y el colombiano Jeison Murillo.

Mientras que a Rubi le han faltado cuatro jugadores (Hernán Pérez, Roberto Rosales, Marc Roca y Mario Hermoso), a Valverde le ha faltado media plantilla. No ha podido preparar nada especial. Le bastará con que sus hombres regresen preparados mentalmente para dar el plus definitivo en los dos meses que quedan para acabar.

Menos minutos

A diferencia de otros años, hay una menor carga de minutos entre los titulares. Leo Messi y Luis Suárez han jugado menos que la temporada pasada. Sus ausencias con Argentina y Uruguay han aligerado las piernas. Piqué y Alba han acumulado más minutos con el Barça, pero menos con España, y Busquets y Rakitic andan a la par.

Otro asunto será el reparto de esfuerzos que quiera hacer Valverde con dos partidos entre semana. Además de los dos del United, habrá Liga en Vila-Real (el martes) y en Vitoria ante el Alavés (23 de abril). A principios de mayo se jugarían las hipotéticas semifinales y el descanso, relativo, no llegaría hasta la última semana de Liga (19 de mayo), la de la final de Copa con el Valencia (25 de mayo) y la de la Champions (1 de junio).

El Barça tiene 21 jugadores, pero Valverde utiliza 15. Cillessen, Vermaelen, Aleñá, Malcom y Murillo y Boateng, los refuerzos de invierno, desempeñan un papel residual. En los compromisos más inminentes tampoco podrá contar con Ousmane Dembélé. Le diagnosticaron entre tres y cuatro semanas de baja el pasado 15 de marzo.