Enrique Cerezo, el presidente del Atlético de Madrid, está intentando frenar la marcha de su estrella Antoine Griezmann al Barça. El dirigente se reunió ayer con el delantero en una cumbre decisiva para tratar de convencer al jugador. Ambos almorzaron en el restaurante De María.

La idea del punta francés es cambiar de equipo y poner rumbo al Camp Nou. El Barça lleva bastante tiempo interesado en Griezmann, que tiene una cláusula de 100 millones de euros. El francés cobra unos 14 millones al año y el Atlético podría hacer un esfuerzo para llegar a los 20.

Los medios le esperaban a la salida del local, pero Cerezo ha tirado balones fuera. «He comido con un amigo mío que no se llama Antoine ni se llama Griezmann. Es un buen amigo mío y hemos hablado de cosas de cine y no de cosas de fútbol», explicó.

Al ser cuestionado por la presencia de Griezmann en el restaurante, el presidente colchonero tiró de ironía: «No he visto a Antoine en el restaurante. ¿Estaba aquí Antoine? Pues me hubiera gustado saberlo para hablar con él».

Tampoco se inmutó al valorar el interés del Barça en su jugador. «Yo te digo una cosa: Antoine Griezmann es jugador del Atlético de Madrid, que yo sepa hasta el día de hoy, ¿me entiendes? Entonces ya no puedo decir nada más. Es que no te puedo decir nada más porque no sé nada más».

Josep Maria Bartomeu reconoció esta semana los contactos con el agente del futbolista.