En el Real Madrid, atropellado en Sevilla, amnistiado en el derbi y vilipendiado por CSKA y Alavés, nadie obvia la crisis y el técnico, Julen Lopetegui, es el destino de casi todas las miradas. Después de confirmar el fiasco en Vitoria, el entrenador blanco afronta un parón de casi dos semanas para reordenar ideas, asentar conceptos y salvar su trabajo reflotando un barco que solo se mantiene a flote gracias a la marea baja.

Después de ganar al Espanyol, la baja de Isco en la previa de la derrota en Sevilla se antojaba como la primera oportunidad para que Lopetegui asentara el sistema por el que ha apostado fielmente, con tres atacantes en sus mejores posiciones.

Cuatro partidos después, con un punto en el casillero y cero goles a favor, a Lopetegui no le ha funcionado nada. El once ideal, sin Isco, del que Lopetegui echó mano en los albores de la crisis se ha mostrado plano, incapaz de abordar defensas cerradas, impotente para atacar espacios reducidos, sobrepasado ante la intensidad de los rivales. En Rusia, con la columna vertebral fuera (Ramos, Modric y Bale) nadie fue capaz de dar un paso al frente y resolver una situación compleja.

Tras perder en Vitoria, el técnico se excusó en las lesiones. Es innegable la disminución de caudal ofensivo por la banda izquierda, sin Marcelo y con Nacho. Pero, para suplir a Carvajal, el Real Madrid invirtió en verano 30 millones de euros, en Odriozola, una posición doblada con los dos internacionales españoles en el último mundial (con Lopetegui de seleccionador).

Las alternativas

Las primeras semanas de dos partidos de la temporada también debían dar pie a que Mariano, Lucas Vázquez, el mismo Odriozola o Vinicius, inéditos hasta ese momento, empezaran a ganar protagonismo. La afición tenía ganas de ver caras nuevas y su paulatina introducción en los partidos ha terminado por crear cierto nerviosismo.

Mariano es el fiel reflejo. A falta de grandes nombres, el delantero hispano-dominicano personificó la ilusión de una hinchada siempre voraz, pero todavía no ha contado con una oportunidad en el once titular. Vinicus con dos momentos.

Pese a las bajas, entrar en las alineaciones de Lopetegui ha sido caro para todos los menos habituales. Lucas Vázquez, un jugador con minutos residuales hasta ese momento, formó de inicio en Rusia, pero fue el sacrificado en el descanso ante la inoperancia del equipo en ataque.

El otro gran refugio de Lopetegui tras perder en Vitoria fue la clasificación. “Que la consecuencia de una, aparente, dinámica tan negativa sea estar a tres puntos del líder...”, decía en la sala de prensa de Mendizorroza. Según los precedentes históricos, solo le mantiene en el cargo la baja puntuación de los primeros clasificados de la Liga, además del recuerdo de la victoria contra la Roma.

Mirando al mercado

En otra vertiente, está en manos del club intentar solucionar en la ventana de fichajes de invierno las carencias que está demostrando la plantilla. De regreso al verano, vuelven a surgir las viejas aspiraciones de Lopetegui: además de un delantero (que venga a algo más que a sustituir a Borja Mayoral, papel reservado a Mariano), un suplente más en defensa y el recambio para el centro del campo que el técnico daba por sentado tras la salida de Kovacic al Chelsea. “Si sale Kovacic tendremos que buscar un jugador de su nivel que nos equilibre la plantilla”, dijo Lopetegui un día antes de que se hiciera oficial la salida del croata.