El tour del Chelsea en Manchester finalizó una nueva derrota. En Old Trafford perdió la semana pasada, y este domingo, en el Etihad, volvió a dejar una sensación de pobreza creativa y de escaso interés ofensivo. Antonio Conte superó el bache frente al Barcelona y salió fortalecido, pero las dos siguientes actuaciones en dos estadios de equipos grandes han dejado mucho que desear.

Si los blues se plantan con la misma actitud en el Camp Nou, solo una enorme casualidad puede conducirles a los cuartos de final de la Champions League. El City de Pep Guardiola, que ya cuenta los días para alzar la Premier, no les dejó disparar ni una sola vez a portería.

COMO ANTE EL BARÇA

Conte debió pensar que plantearle un partido a este City era una tarea bastante similar a enfrentarse al Barça. Por eso volvió a renunciar a una referencia fija en ataque y dejó en el banquillo a Álvaro Morata. El belga Eden Hazard volvió a ocupar el puesto de falso nueve mientras Drinkwater reemplazaba a N’Golo Kanté, que se perdió el encuentro a última hora por enfermedad. En el City, Pep no tuvo dudas y confió en Gündogan para ejercer el papel de pivote, en el primer partido sin Fernandinho desde su lesión en el Emirates.

El vigente campeón hizo famoso el esquema 3-5-2 con carrileros, pero en el Etihad no se pudieron considerar como tal. Marcos Alonso y Victor Moses fueron laterales en una línea de cinco más defensiva que nunca. No fue hasta el minuto 42, tras una salida rápida de los blues que acabó en córner, que los aficionados del Chelsea gritaron algo por primera vez. Conte fue excesivamente prudente. El City, a lo suyo, gastaba más del 75% de posesión de balón buscando un hueco en la zaga visitante.

TIBIO MARCOS ALONSO

El gol que habían merecido con anterioridad lo encontraron en la primera jugada del segundo tiempo. Al despiste. En una acción eléctrica entre Agüero y Silva que culminó el otro Silva, Bernardo, en el segundo poste. Marcos Alonso se durmió en la cobertura y el portugués remató cruzado superando a Courtois. Sorprendió la lenta reacción de Conte a la superioridad local. Mientras el City seguía gobernando, el italiano no movía ficha. Solo aparecieron en el campo Giroud y Morata en los minutos finales. El delantero español fue el último cambio, sin apenas opción a tocar el balón.

Ni Hazard, ni Pedro, ni Willian, capaz de encontrar vías de disparo donde no las hay, no lanzaron ni una sola vez a portería en todo el partido. El Chelsea solo remató dos veces. Moses, desviado, y Alonso, a la desesperada en la última jugada del partido, también desviado. Ederson no tuvo ni que preocuparse. El City sigue intratable.