El Chelsea se clasificó ayer para su segunda final de FA Cup (Copa de Inglaterra) consecutiva después de superar en el estadio de Wembley en un trabajado encuentro al Southampton por 2-0, gracias a los tantos del francés Olivier Giroud y del español Álvaro Morata.

Los hombres de Antonio Conte, quintos en la Premier League y eliminados hace meses de la Liga de Campeones, pugnarán por el único título en juego en Inglaterra el próximo 19 de mayo en este mismo escenario con el Manchester United, verdugo el sábado del Tottenham Hotspur (2-1).

La segunda semifinal, a priori la más desequilibrada de las dos, medía a un Chelsea que había recuperado sensaciones en las últimas semanas y que todavía soñaba con acabar la liga entre los cuatro primeros con un Southampton necesitado, enfrascado en la batalla por evitar el descenso y que no ganaba un partido en la Premier desde el 17 de febrero.