En una ciudad llena cada vez de más peligros, solo le falta la llegada de Neymar y sus amigos. En ello parece emplearse a fondo Josep María Bartomeu en particular, y se supone que con la complicidad de sus asesores técnicos, directivos y económicos. Una operación de retorno que entraña más riesgos que una incursión nocturna mostrando cadenas de oro por un callejón de Ciutat Vella. Siempre ha parecido descabellada la idea, pero va cogiendo una musculatura singular a base de reuniones divulgadas a fondo en París, intercambios de declaraciones y, según informó RAC1, un encuentro este lunes de la cúpula barcelonista en las oficinas del club para diseñar una propuesta formal al PSG. La propuesta definitiva, se supone.

La decepcionante actuación de Dembélé en Bilbao ha parecido convencer a los escépticos sobre la necesidad de activar el botón nuclear de la vuelta del brasileño más alegre desde los tiempos de Ronaldinho. Como si con Neymar la obsesión de la Liga de Campeones pudiera materializarse, Bartomeu ha puesto a los suyos a buscar la fórmula precisa que doblegue la resistencia del PSG a dejar marchar a un futbolista tan imaginativo dentro como fuera del terreno de juego, con lo bueno y malo que todo ello conlleva.

No ha habido manera hasta ahora de desencallar una partida cansina que empezó a desvelarse al poco de terminar la anterior temporada y que en ocasiones ha parecido más una representación teatral que una negociación seria de adquisición de un jugador al que se le ajustan infinidad de adjetivos extremos en lo futbolístico y en lo personal: brillante, fascinante, desvergonzado, exhibicionista, conflictivo… Valen para ambas esferas.

Ya no parece importar a estas alturas lo que piensa la masa social azulgrana, curada de espantos tras la llegada de Griezmann pese al soberbio plantón de meses atrás; la marcha del lánguido Coutinho apenas un año y medio después de su multimillonario aterrizaje, y la sospecha de que Dembélé, otro costoso fichaje, va a quedarse en los márgenes de potente promesa. Al club, con el 2 de septiembre de cierre de mercado asomando ya en el horizonte, le toca aparcar la paciencia y apretar el acelerador si quiere consumar el fichaje de Neymar.

CUMBRE EN BARCELONA

En la reunión de este lunes en can Barça acudieron, según la información periodística citada, Bartomeu, el CEO del club Òscar Grau, Eric Abidal y Ramon Planes de la dirección técnica, el directivo Javier Bordas y el tesorero Enrique Tombas, además del intermediario André Cury. La presencia de los hombres fuertes del área económica indican que Bartomeu estaría valorando una propuesta económica, algo que el propio presidente siempre había descartado.

Pero el intercambio de jugadores no ha ablandado a los parisinos y en esta propuesta que estaría en fase de redacción se podría proponer una cesión a cambio de alguna cantidad y una opción de compra, la misma fórmula acordada con el Bayern por Coutinho. ¿Convencerá eso al París SG? No se sabe la cifra de salida, que seguro que debería ser más alta que los 8,5 millones pactados con los muniqueses. Todo parece abierto.

Desde París, tras la derrota ante el Rennes de Sylvinho (2-1), crece la renuencia a dejar marchar a Neymar. «Mi sensación es que Neymar se va a quedar con nosotros», señaló el defensa Thiago Silva. Y Thomas Tuchel, el entrenador parisino, alertó a los dirigentes: «Neymar no se irá sin que haya un fichaje; no es posible». Por ahí ha entrado el nombre de Dybala, el argentino de la Juventus tapado por Cristiano Ronaldo.