Con la urgencia de quien no ha hecho los deberes a su debido tiempo, la dirección deportiva del FC Barcelona trabaja contra el reloj para cerrar la incorporación de un delantero antes de que el mercado de invierno baje la persiana el día 31. Entre la falta de diligencia y las limitaciones económicas, son muy pocos los candidatos verdaderamente viables que manejan los dirigentes azulgranas y, de todos ellos, el hispanobrasileño Rodrigo Moreno, de 28 años, es el que en estos momentos cuenta con más números para vestir de azulgrana a partir de la próxima semana.

Avalado por Éric Abidal y Quique Setién, Rodrigo ha dado su conformidad a la operación y el Barça busca ahora la manera de cerrar la adquisición sin plegarse a las pretensiones económicas del Valencia, que ha tasado al jugador en 60 millones de euros. "No hablamos de jugadores que son de otros equipos. Pero su nombre está sobre la mesa de los técnicos. Y algún recambio vendrá, no sé si del Barça B o de fuera", ha dicho esta noche Josep Maria Bartomeu.

Anil Murthy, presidente del club che y hombre de confianza de Peter Lim, y Jorge Mendes, agente del jugador, viajaron el lunes a Barcelona para negociar un acercamiento. Las primeras fórmulas que el Barça había puesto sobre la mesa -una cesión hasta final de temporada con opción de compra no obligatoria, una cesión con una cláusula indemnizatoria en caso de no hacer efectiva la compra…- fueron rechazadas por el Valencia, que, pese a su resistencia inicial (pretendía un traspaso sí o sí), está ahora dispuesto a plantearse una cesión siempre que los azulgranas se comprometan a fichar a Rodrigo en verano.

Wagué, Abel Ruiz, Monchu...

Una alternativa que ambos clubs parecen en condiciones de explorar es la inclusión de uno o más futbolistas del Barça en la operación. En este sentido, han asomado los nombres del senegalés Moussa Wagué, a quien Setién no ha llevado convocado en ninguno de los tres partidos en que ha dirigido al equipo, y los jugadores del filial Abel Ruiz y Monchu, aunque no hay nada cerrado.

De hecho, la posible salida de uno o más jóvenes de la casa para incorporar a un delantero que en marzo cumplirá 29 años es uno de los factores que más inquieta a un sector de la cúpula azulgrana, por cuanto supone una flagrante violación de la política de cantera y de rejuvenecimiento de la plantilla que supuestamente se pretende impulsar. No es el único elemento que provoca recelos: también hay quien pone en duda que el perfil de Rodrigo, un delantero de apoyo más que un goleador puro (solo lleva dos tantos en lo que va de curso), sea verdaderamente complementario con los de Messi y Griezmann.

En cualquier caso, el Barça necesita acelerar el desenlace de la operación para tener algo de margen en el mercado en caso de que lo de Rodrigo no cuaje. Entretanto, el jugador, que el día después de la muerte de la leyenda de los Lakers Kobe Bryant se presentó en el entrenamiento del Valencia con una camiseta de los Philadelphia 76ers, mantiene su mutismo sobre su futuro y, a la salida de Paterna, se negó a hacer comentarios.