En aquella temporada de 1968, la balas de paja protegían las curvas de los entonces 14 kilómetros del circuito de Spa Francorchamps. Aquel año, el Gran Premio de Bélgica se celebró a comienzos de junio y Bruce McLaren lograba la primera victoria de un coche McLaren. Comenzaba la larga vida de la segunda escudería más laureada de la F-1. 50 años después vive una de los peores momentos de su historia. Ni Stoffel Vandoorme, ni Fernando Alonso pasaron de la Q-1. En realidad solo superaron a los Williams, más perdidos económica y técnicamente aún que McLaren. “Hacemos lo que podemos”, resumió Alonso. “No teníamos grandes expectativas, Después de como fueron los libres no teníamos esperanzas”, añadió el asturiano, sabedor de que, “Spa y Monza van a ser dos fines de semana complicados para nosotros y esperamos algo mejor en Singapur”.

Desastre de los españoles

Alonso insiste en que su retirada no tiene nada que ver con el rendimiento de McLaren, de un equipo que hace seis años estaba peleando por e título. Se esperaba que los McLaren no pasaran de la Q-1, pero con lo que no contaba nadie es que junto a los Williams y a los McLaren se hundiera el Renault de Carlos Sainz, llamado a ser, como en Hungría, el invitado entre los seis mejores si la lluvia volvía a aparecer como suele hacerlo en los bosques de las Ardenas. "Me ha sorprendido mucho, Pensé que iba a salir a la crono con el coche de las tres sesiones de los libres, pero al llegar a la primera vuelta he visto que no se parecía en nada. El equipo también lo ha visto en la telemetría. No había nada de grip en el tren trasero y en un circuito tan rápido como este, sin adherencia atrás no se puede hacer nada”, concluyó el madrileño.

La Q-1 y la Q-2 se celebraron sobre seco, pero las primeras gotas de lluvia aparecieron en la Q-3 hasta mojar con abundancia una pista que se iba secando hacia el final de la sesión, a razón de un segundo por minuto. En esas condiciones, lo más importante es iniciar la vuelta en el último momento. Por eso puede calificarse de garrafal el error de los Red Bull, a los que no cargaron gasolina suficiente para disfrutar de la pista más seca en el último momento. Los Force India sí rodaron en en ese momento para colocar el coche de Esteban Ocon en la segunda línea, tercero en una crono, nueve años después de su gran hito, la pole de Giancarlo Fisichella en este trazado.

Hamilton, rey de la lluvia

Por delante, la pole se discutía en una pelea a tres entre Lewis Hamilton y los dos Ferrari, pero la batalla se quedó en un mano a mano entre los tetracampeones, cuando Raikkonen sufrió un problema en el motor. Y en ese mano a mano. Hamilton sacó lo mejor de sí mismo. “Ha sido una de las clasificaciones más duras del año. Los Ferrari son muy rápidos en las rectas, pero cuando llegó al lluvia todo se complicó. Me salí varias veces, pero pude poner el mejor tiempo en el crono”, explicó el piloto de Mercedes, el hombre con más poles de la historia (78) en este deporte, el tipo con más poles en el maravilloso trazado de Spa Francorchamps (cinco).

Lo mejor para Hamilton es que como en Hungría, en la última carrera antes del verano, aprovechó la lluvia para superar a unos Ferrari más rápidos en seco. “Creo que no hemos acertado con los tiempos en estas condiciones. Teníamos el ritmo para hacer la pole pero la hemos perdido por mucho tiempo. El equipo tiene que gestionar los dos coches, la pista se estaba secando y sabes que la vuelta buena llegará en el último momento …”, explicó Vettel para echar la culpa al equipo. No parece buena idea, porque el resultado en la parrilla es muy poco determinante en los siete kilómetros de Spa, donde adelantar es fácil, y donde la lluvia puede dejarlo todo patas arriba de nuevo.