Lucía una réplica del casco de Niki Lauda, pero el mejor homenaje de Lewis Hamilton a su consejero, a su amigo, a su jefe, fue la victoria número 77 de su carrera, la tercera en Mónaco, después de un gran premio con cierta épica, aunque lejos de las que protagonizaba Lauda. “Ha sido una de las carreras más duras que probablemente he tenido. He luchado con el espíritu de Niki, alguien que ha influido mucho en el equipo y en los pilotos. Todos les echamos de menos”, explicó Hamilton antes de insistir en la dificultad de conducir con los neumáticos seriamente desgastados: “Creo que no conducía con neumáticos tan muertos desde China en 2007”, desveló recordando aquel accidente que le dejó clavado en la puzolana de entrada a boxes cuando se jugaba el título frente a Fernando Alonso.

Sufriendo con los neumáticos

“¿James cree que podré acabar la carrera con estos neumáticos?”, preguntó de forma retórica Hamilton a su ingeniero de pista Bono. Fue poco después de que su equipo le mandara entrar a cambiar ruedas aprovechando el coche de seguridad en las primeras 15 vueltas, originado por el pinchazo de Charles Leclerc. Fue un cambio de ruedas general, de casi todos los pilotos, por lo que Mercedes optó —como otras veces— por un doble cambio de Hamilton y Bottas. Sin embargo, esta vez, no salió perfecto y Max Verstappen, con una parada de récord, colocó su Red Bull delante del Mercedes de Bottas, aunque eso le costara una sanción a final de carrera de cinco segundos por extrangular al finandés contra el muro en la calle de boxes, lo que costó al piloto de Mercedes un pinchazo y una parada extra..

“No sé tío, creo que es este no es le neumático correcto”, insistía Hamilton a su ingeniero, hasta que a 25 vueltas del final fue más claro: “El neumático delantero derecho ya está muerto”. Fue entonces cuando Max Verstappen comenzó a presionar a Hamilton oliendo los problemas del líder. “Vamos a perder esta carrera con estos neumáticos”, insistió Hamilton a Bono, su ingeniero, que respondía siempre igual: “Si mantienes este ritmo no habrá problemas”, dijo sabiendo que una parada extra le llevaría a la quinta plaza sin posibilidad de remontar. “No sé que esperábais con estas ruedas”, insistía el chico de Stevenage que, prácticamente, cada vuelta se quejaba a su ingeniero.

Tapón a Max Verstappen

A ocho vueltas de final, Hamilton fue avisado de que a Verstappen le habían dado permiso para colocar su motor en modo ataque/máxima potencia. “Son grandes noticias”, contestó el pentacampeón del mundo con ironía mientras sus espejos retrovisores se llenaban del azul de Red Bull. Hamilton se hizo ancho en las estrechas calles de Mónaco formando un enorme tapón a Verstappen. El inglés rodaba tres segundos más lento de lo que lo hacia el segundo Red Bull, Pierre Gasly, tras marcar la vuelta rápida desde la quinta posición. La mala noticia de este agrupamiento es que los cinco segundos de penalización podrían llevar a Verstappen a la cuarta e incluso a la quinta posición, porque Bottas, Vettely y Gasly estaban en un pañuelo tras los dos primeros.

Intento de Verstappen

A dos vueltas de final, Verstappen lo intentó a la desesperada en la chicane del túnel. La rueda delantera de Verstappen se tocó con la trasera de Hamilton, que optó por salir recto por la escapatoria. “Se tiró tarde, por suerte lo vi en el último momento, A pesar del toque pudimos seguir“, desveló Hamilton. Faltó muy poco para que uno de los dos o ambos, se quedaran fuera de carrera, como le ocurrió a Charles Leclerc, el animador de la primera parte de la carrera. El monegasco intentaba remontar desde la decimosexta posición —a donde le envió un monumental error del equipo en la clasificación— , adelantó a Romain Grosjean en la Rascasse, y cuando lo intentó con Nico Hulkenberg en el mismo sitio, el alemán le dejó sin espacio.

Hamilton aguantó

Hamilton aguantó hasta el final y Verstappen finalizó cuarto, fuera del podio, tras aplicarse la penalización de cinco segundos. “Enhorabuena Lewis, solo tú podías hacer algo así, ya sabes que todo esto va por Niki”, le dijo Toto Wolf por radio tras cruzar la bandera a cuadros.

Y por detrás de los Mercedes, de los Ferrari y los Red Bull, los tres grandes, los seis coches intocables para el resto, emergió Carlos Sainz, con un fenomenal sexto puesto, fruto, sobre todo, de su sensacional clasificación del sábado, que le llevó a la novena plaza. Su conducción consistente, la ausencia de errores y una buena estrategia le llevaron a la sexta plaza. “Después de hacer el decimoquinto en los libres del jueves, nadie se lo podía imaginar. Adelanté los Toro Rosso por fuera en la curva tres y eso me llevó a una posición que no nadie ese esperaba”