Bernie Ecclestone ya no es el patrón de la Fórmula 1, según ha confirmado él mismo a la revista alemana 'Auto Motor und Sport'. "Me han echado hoy, estoy fuera, es oficial. No sigo en la empresa,Chase Carey ocupará mi puesto". Su salida coincide con la llegada definitiva del nuevo dueño de la competición, Liberty Media.

Ecclestone, de 86 años, ha dirigido la clase reina del automovilismo durante cuatro décadas, pero la nueva empresa propietaria ya designó a Chase Carey como presidente de la Fórmula 1 y al parecer estaría a punto de crear otro puesto ejecutivo para manejar el marketing y los patrocinios. Eso dejaría al británico sin poder efectivo incluso aunque mantuviera un papel dentro de la organización. Según el diario 'The Times', se le podría ofrecer el cargo de presidente de honor de la categoría, aunque no está claro que vaya a aceptar esa posibilidad.

LIBERTY, AL FRENTE

La pasada semana, Liberty obtuvo la aprobación de sus accionistas y de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para la adquisición de la Fórmula 1, así que solo restan formalidades para concluir el traspaso. SOlo las autoridades europeas de defensa de la competencia podrían frenar el proceso, aunque se espera que para el inicio de la temporada en marzo esté concluido.

La operación para el traspaso de los derechos comenzó el año pasado, cuando Liberty Media, una empresa de medios y entretenimiento creada hace 25 años por el multimillonario John Malone, adquirió la marca por 4.400 millones de dólares (unos 3.930 millones de euros), a los que se añade la asunción de deudas por un valor similar. Liberty tendrá el 35,3% de las acciones de la categoría, suficiente para controlar la compañía y tomar las decisiones.

CHASE CAREY, EL SUSTITUTO

Chase Carey, un importante ejecutivo mediático, está ya confirmado como nuevo presidente de la categoría, mientras que Sean Bratches, un exdirectivo de ESPN, asumiría la comercialización de la Fórmula 1. Y en la conducción deportiva se está hablando de negociaciones con Ross Brawn, exjefe de Mercedes y Ferrari.

Se espera que Carey busque relanzar las estrategias digitales de la Fórmula 1, así como profundizar el negocio en Estados Unidos y frenar la progresiva retirada de Europa.