La Fórmula Uno echa el cierre este fin de semana en Abu Dhabi, donde Carlos Sainz disputará el último Gran Premio a los mandos de un McLaren antes de dar el salto a Ferrari, el equipo más icónico de la historia de la F1. El fichaje de Carlos se cerró antes de que empezara esta atípica temporada y durante este 2020 ha demostrado el por qué los de Maranello se fijaron en él.

Sin aureola de crack, el madrileño ha escalado uno a uno todos los peldaños que le han conducido a una 'Scuderia' en la que todos sueñan estar y en la que solo caben los elegidos. Carlos Sainz es un tipo tranquilo, bien educado, sereno en las formas, muy rápido y consistente en la pista y que ha prosperado de forma ordenada y progresiva. Después de seis temporadas en la F1, mostrando una gran personalidad, se ha quitado de encima ser hijo de uno de los mitos del automovilismo para ser considerado como un piloto de referencia de la parrilla.

Con un futuro enorme

Carlos ha demostrado que tiene condiciones innatas para liderar un proyecto y las ha sacado a relucir en McLaren, donde en repetidas ocasiones se ha echado el equipo a la espalda para sacar hacia delante unos resultados que eran difíciles. Su convivencia con Lando Norris ha sido excelente. La constancia y regularidad son su fuerte. Los buenos resultados del madrileño a lo largo de su carrera deportiva, especialmente en estos dos últimos años con la escudería de Woking, han puesto de manifiesto que uno de sus puntos fuertes es la constancia, capaz de sacar siempre el máximo rendimiento a un monoplaza.

La experiencia es un grado y alos 26 años este fin de semana cierra su sexta temporada en la Fórmula 1, con lo que alterna juventud y experiencia. Está en un gran momento de forma, en plena madurez deportiva y personal. Conoce la F1, el entorno y sabe ganarse por carácter a la gente que le rodea. Se va de McLaren dejando un gran amigo en Norris y huella entre el personal.

Piloto trabajador

Otro de los puntos que hay que destacar en él es que es muy trabajador. Esta virtud la ha heredado de su padre. Se esfuerza al máximo, siempre incansable, no cede nunca en su empeño por mejorar, ya sea algo en el pilotaje, en el coche o en el método de trabajo. Pasa largas jornadas en el simulador y dialogando con los ingenieros, afinando el mínimo detalle. Se le considera un gran profesional.

Entre las cualidades que lo definen, Sainz destaca como un piloto que tiene una gran confianza en sí mismo y en sus posibilidades, contagiando con ello a todos los que lo rodean. Esta seguridad le permite afrontar en pista retos de enorme envergadura. De máxima exigencia con él y con todo el equipo.

Una aventura prodigiosa

Fichar por Ferrari tiene que acabar siendo la aventura de su vida. El piloto madrileño debutará con su nuevo equipo en un test durante el mes de enero, con el coche del 2018, para conocer al personal de la escudería, el método de trabajo y, sobre todo, el funcionamiento de los botones del volante, que se ha convertido en primordial.

Haber estado en el test de 'rookies' de la próxima semana hubiera sido de gran ayuda, ya que la FIA solo ha dispuesto una tanda de tres días de pretemporada porque los coches actuales se mantienen sin grandes cambios. "Con un día y medio para preparar una temporada, sin conocer el coche, es prácticamente imposible llegar preparado a la primera carrera", comentaba Sainz, que se teme que "eso hará que mi primera mitad de temporada en Ferrari sea muy complicada". En Ferrari lo esperan con los brazos abiertos, muy ilusionados y esperanzados en remontar el vuelo con su contribución y la armonía que debe presidir su relación con Charles Leclerc.