Nunca le fue muy propicia en F-1, pero América ha dejado de ser un terreno hostil para convertirse en el escaparate de los nuevos retos de Fernando Alonso. El pasado mes de enero, el 'Nano' conquistó la icónica carrera de las 24 Horas de Daytona, al volante de un Cadillac en el campeonato americano, y hoy ha vuelto a ganar, esta vez junto a Kazuki Nakajima y Sebastian Buemi, en las tradicionales y bacheadas 1.000 Millas de Sebring, una victoria que les consolida como líderes del Mundial de Resistencia. “Estoy extremadamente feliz”, dijo el asturiano el final de la carrera, “pues ganar en Sebring es algo especial. Siempre es especial ganar en Estados Unidos por el ambiente especial que se vive aquí. Ganar las 24 Horas de Le Mans, las 24 Horas de Daytona y las 1.000 Millas de Sebring es algo increíble para un novato en el Mundial de resistencia como yo. Han sido tres victorias muy importantes”, añadió el asturiano.

TODO EMPEZÓ EN LE MANS

El próximo mes de abril, probará, en el oval de Texas, la nueva montura con la que abordará en mayo su segundo intento en las 500 Millas de Indianápolis. Dos años atrás, una rotura de motor, le privó del triunfo que este año prepara con más mimo. Si finalmente gana en las 500 Millas, cerrará su objetivo de lograr la Triple Corona tras las victorias en el GP de Mónaco de F-1, y las 24 Horas de Le Mans. Fue, precisamente en la mítica carrera francesa donde comenzó a labrar un liderato en el Mundial de Resistencia que ha consolidado tras la victoria hoy en las 1.000 Millas de Sebring. Y como ocurriera en las carreras anteriores del Mundial de Resistencia, o en las 24 de Daytona, Alonso dejó su sello personal con una exhibición de pilotaje, de nuevo, durante la noche.

La carrera sobre la vieja base aérea en la península de Florida, volvió a ser un mano a mano entre los dos Toyota TS050 Hybrid LMP1, el nº 8 de Alonso, Buemi y Nakajima, y el nº 7 pilotado por José María López, Mike Conway y Kamui Kobayashi. .La carrera se decidió cuando López cometió un error crucial al tocarse con el Aston Martin de Jonathan Adam cuando rodaba a pocos segundos de Buemi, después de recortar los 25 segundos de ventaja que Alonso le había dejado al suizo en la cabeza de carrera. El coche nº 7 sufrió daños en el suelo que necesitaron una larga parada en boxes que le hizo perder dos vueltas.

GRAN PILOTAJE DE ALONSO

Hasta entonces, el Toyota pilotado por López, Conway y Kobayashi había estado en la batalla frente a sus compañeros y rivales del coche nº 8. Alonso, Buemi y Nakajima, lideraron toda la primera mitad de carrera, pero dos periodos de bandera amarilla en toda la pista -uno de los cuales acabó con safety car- redujeron la diferencia entre ambos prototipos tras el accidente de Pastor Maldonado con el DragonSpeed LMP2. Alonso, que estaba al volante, durante el coche de seguridad, logró aumentar de 10 a 14 segundos la diferencia con sus compañeros y rivales a pesar de la situación.

La lluvia, y una ligera salida de pista de Nakajima dieron emoción a la victoria del coche nº siete, y de hecho, Nakajima cruzó la línea de meta tras el 'safety car', confirmando la tercera victoria del coche de Alonso tras Spa y Le Mans. El asturiano y sus compañeros son ahora más líderes del campeonato, con 15 puntos de ventaja sobre sus compañeros del coche nº 7, a dos citas del final (nuevamente Spa y Le Mans). Un paso más cerca del Mundial de Resistencia y una leyenda que sigue ampliándose en Estados Unidos tras la victoria en las 24 Horas de Daytona del IMSA.