Sobre el cerro más occidental de la cadena jurásica conocida como la Pata de Mahoma y en la cota 790, donde empieza a descender el terreno hacia el arroyo Genilla, se levanta la torre del Espartal. Esta atalaya medieval tiene una extraordinaria situación estratégica, tanto para la vigilancia y control de las ricas vegas de regadío de Priego, como del viejo camino de Alcalá la Real a las sierras de Cabra y Lucena, con una visibilidad excepcional que la pone en comunicación por el noreste con la Torre de Barcas, con la Torre del Morchón y con la Torre Alta; y por el Noroeste con la Torre de Uclés. Por esta última torre se comunicaba con Carcabuey, puerta de acceso desde la intrincada comarca de Priego a los campos de Cabra y Lucena; y por la Torre de Morchón con las tierras de Luque y Baena, umbrales meridionales de la inmensa campiña cordobesa.

Estas torres, de las que se conoce la ubicación de unas 15 en el término de Priego, están íntimamente ligadas al paisaje de la zona, emplazándose en lugares elevados, de excelente visibilidad y conectadas ópticamente entre sí. Presentan todas ellas una serie de características comunes: son torres cilíndricas, construidas con mampostería, con la parte inferior maciza y habitáculo a mediana altura, al que se accedía desde el exterior con la ayuda de una escala o similar. Desde este habitáculo se pasa a la plataforma de señales, donde se transmitían mensajes simples de aviso con la ayuda del fuego o el humo.

Para algunos autores la torre del Espartal fue una de las atalayas construidas por los nazaritas entre 1332 y 1341, cuando la ciudad estuvo bajo la dominación del reino nazarí de Granada antes de la definitiva conquista cristiana en la última fecha indicada. Sin embargo, Antonio Arjona Castro la identifica con la torre mencionada como Rábita en el siglo XIII, tal como aparece en un documento del año 1262, recogido por Manuel Nieto Cumplido, donde el rey Alfonso X ordena la delimitación de los términos que tenían en esta zona de La Subbética el cabildo catedralicio y la orden de Calatrava. Para ello, el rey nombró una comisión encargada de la delimitación. A la hora de establecer los límites entre Saula (actual Jaula) y Priego, pusieron las marcas territoriales en los siguientes lugares: Piedra Luenga, la fuente, el río y la Rábita. En opinión de Arjona, el río debe de ser el Genilla, la fuente la de la Milana y el topónimo Rábita debe corresponder a la torre del Espartal.