la situación estratégica de este gran promontorio montañoso que es la sierra de Rute ha propiciado que desde muy antiguo fuera habitado, y utilizado especialmente como baluarte defensivo. Por eso en la sierra de Rute se conservan también sugestivos restos arqueológicos, que contribuyen a aumentar el interés de los itinerarios que por ella discurren, como es el caso de las ruinas de Rute el Viejo o la torre del Canuto. Hacia esta última dirigimos nuestros pasos.

Hemos elegido como punto de partida de nuestro itinerario el Área Recreativa Fuente Alta, y hemos de tomar al principio el sendero señalizado «Pinar de Rute»; pero al llegar al GR-7, en lugar de continuar por el mismo, debemos proseguir por una estrecha senda que asciende en la misma dirección que llevamos, por una ladera bastante pendiente, cubierta por un pinar de pino carrasco. Entre el matorral de jara blanca, matagallo y torvisco, crecen, aquí y allá, algunas matas de mejorana y ruda que amenizan el paseo con su evocadores efluvios, aromas de Al-Andalus.

El sendero termina en el repetidor de televisión situado cerca del cerro del Hacho, situado a unos 1.000 metros de altitud, donde se conserva la torre musulmana conocida como del Canuto, espléndido mirador de la población de Rute. A unos 150 metros al sur de El Canuto, y a una cota muy inferior, a 857 metros de altitud, se localiza la conocida como fuente del Hacho, en el centro de la cañada del mismo nombre, vaguada poblada por un espeso bosque de pino carrasco. Se trata de un conjunto formado por una fuente y un estanque cercano construido con un muro de ladrillos enlucido con cemento. Aunque en la actualidad se encuentra seca, sin signos recientes de haber tenido agua, la fuente y el estanque se usaron en su día para regar varias terrazas que hay un poco más abajo hechas con muros de piedra. Más tarde se aprovechó para irrigar parte del pinar de repoblación que preside estos parajes en la actualidad. Presenta una inscripción en la que figura la fecha de 1949, seguramente el año de su construcción.

Hasta el repetidor de televisión llega una pista, que tiene su origen en la carretera CO-8212, de Rute a las Lagunillas, a unos cuatro kilómetros de la primera población. Si continuamos por esta pista, comprobaremos que asciende lentamente, por la ladera sur de la sierra. Un poco antes de llegar a una curva bastante cerrada, situada en un espolón que forma la sierra hacia el sur, se inicia una senda que desciende bastante empinada y por el que saldremos a el sendero señalizado «Pinar de Rute», por el que podemos acceder de nuevo a dicha localidad.

La torre del Canuto es una atalaya con un diámetro de 5,25 metros construida a base de bloques o sillarejos de dura caliza gris que miden una media de 50 x 20 centímetros en sus lados (y unos 25 -30 centímetros de grosor). Junto a la torre, en el norte y oeste se localiza un recinto cuadrado de 6,50 por 4,50 metros de longitud en sus muros conservados, hechos de mampostería.

Desde la torre se divisa un horizonte de sierras de Málaga y Sevilla. De este a oeste, tenemos primero las que componen ese gran cordón montañoso conocido como el «arco calizo central malagueño», con la sierra de Loja, Gibalto y sierra de Camarolos. Por detrás asoma la mole redondeada de la Maroma. Entre el puerto de las Pedrizas y el de boca de Asno se dispone la sierra de las Cabras; y desde éste último comienza la sierra del Torcal de Antequera, que, al otro lado del puerto de la Escaleruela se continúa con la sierra de la Chimenea y su emblemático pico del Camorro Alto. Más al oeste y al fondo se distinguen los perfiles del pico Capilla y Huma, hacia las sierras del Chorro. Y siguiendo el recorrido en la misma dirección penetramos en los relieves de la Sierra Sur sevillana, con sus sierras del Terril y el peñón de Algámitas, cerrando la panorámica la inconfundible sierra de Estepa. Por delante de estas alineaciones montañosas se disponen lomas y más lomas cubiertas de olivos entre las que se levantan algunas sierras y picos algo más encrespados, como la sierra de Aras, la sierra del Camorro de Cuevas Bajas y el Camorro de la Isla, al lado de la presa del embalse de Iznájar, cuya lámina de agua embellece de manera considerable la panorámica. Aquí y allá blanquean algunos pueblos, entre los que destacan Iznájar, Cuevas de San Marcos, Encinas Reales y Benamejí, o la aldea de Zambra. Y por supuesto el pueblo de Rute, dispuesto a los mismos pies de este espléndido mirador.