La Tiñosa es, sin duda, la montaña más emblemática y conocida de la provincia de Córdoba y tiene para las gentes de la comarca un profundo y ancestral simbolismo. Juan Bernier nos hablaba entusiásticamente de ella: «La Tiñosa merece punto y aparte en el paisaje de Priego, hecho de ascensos y descensos. Es la reina de nuestras montañas del sur, cuyos 1.570 metros forman el balconaje esplenderoso de nuestra provincia a las nieves de la Penibética y a los aires mediterráneos. Imponentes tajos y rodaderos, crestas afiladas de rocas, pedregosos restos de elevados glaciares, se juntan a cañadas y puertos por donde el viento frío no respeta veranos agobiantes. La Tiñosa se presenta como una tentación alpina, ahora que la nieve se acurruca en sus umbrías. Sólo sendas de pastores surcan aquellas débiles capas de tierra, en las que el invierno incuba una eclosión cromática de menudas flores primaverales. Por debajo está siempre la viva roca, a veces horadada por millones de años de duro trabajo acuático; por encima el oleaje gaseoso de inmensas nubes o el sol radiante del Sur».

En los últimos años, esas sendas de pastores a las que se refería Bernier fueron remarcadas por la huella de la bota de montaña, porque numerosos excursionistas y montañeros venían visitando asiduamente esta cumbre y dejaban escritas sus impresiones en un cuaderno dentro de una cajita metálica escondida al lado del monolito del vértice geodésico. Este libro de la Tiñosa fue iniciado el 30 de octubre de 1988 por varios miembros de la familia Morales García, que, en su primera inscripción, que figuraba en la primera página del primer cuaderno, lo pusieron a disposición de «todos los excursionistas que quieran dejar recuerdo de su paso por este lugar, respetando la naturaleza». Guardo un reportaje de Miguel Forcada en Diario CÓRDOBA, publicado el 29 de agosto de 1993, donde describe cinco rutas al «techo de Córdoba», que son éstas: 1. Desde las Chozas de Toledo por El fantasma (roca que asemeja a un fantasma con los brazos abiertos) o su variante ascendiendo hasta puerto Mahina, para desde allí acceder a la cumbre pasando por la cueva del Morrión; 2. Por la Umbría, que, desde dicho cortijo, acomete la subida por el conocido como Paso de la Culebra, donde podemos encontrar una interesantes especie arbórea, el mostajo; 3. Por la fuente de Palomares, en la cara noreste de la Tiñosa, a la que se accede desde la carretera de las Lagunillas, para desde aquí continuar por un camino en dirección sur y, cuando finalice, por senderos más o menos escarpados y difusos; 4. Desde la carretera de las Lagunillas, a cinco kilómetros de Priego, accediendo por la cara oeste; 5. Desde la aldea de las Lagunillas, por el cortijo Alto de Torres, ruinas del cortijo de Cañatienda y cueva del Morrión.

La Consejería de Medio Ambiente señalizó el primero de estos itinerarios con el buen criterio de encauzar la subida a la Tiñosa por una vía concreta, el único acceso formalmente permitido, preservando así el resto de la montaña. Sin embargo, en febrero del 2018 saltó a los medios de comunicación que Medio Ambiente había descatalogado dicho itinerario, de tal modo que el acceso a la cumbre quedaba prohibido, aduciendo que no reunía las condiciones adecuadas de tránsito y que parte del trazado del mismo discurría por una propiedad privada.

Al igual que el resto de cumbres del macizo de la Horconera, la Tiñosa acoge un buen número de endemismos botánicos y formaciones vegetales muy interesantes. Se necesitarían varios capítulos para glosar mínimamente la riqueza botánica de esta montaña, por eso necesariamente tengo que hacer una selección de especies, que ni mucho menos pretende ser completa ni tan poco quizás la más representativa. Empezaremos por Atropa baetica, o belladona de Andalucía, especie en peligro crítico de extinción. Ha sido incluida en un programa de conservación de la flora amenazada, gracias al cual se han realizado algunas introducciones para garantizar su supervivencia. También podemos citar Convulvulus boissieri, una especie de campanilla endémica de las montañas béticas, que en Andalucía occidental sólo se la conoce en las sierras que componen el macizo de la Horconera, principalmente en La Tiñosa. Muy rara y localizada es también Thymelaea pubescens subsp. elliptica, que hasta el año 1997 era considerada endémica a nivel local, exclusiva del Macizo de la Horconera, y que está presente en la Tiñosa y puntualmente en Bermejo. Finalmente habría que citar Globularia spinosa, que en Andalucía occidental es casi exclusiva de la Subbética cordobesa.