CÓRDOBA

GRAN TEATRO

SÁBADO 20

20.30 HORAS

Hace casi dos años que aquel chico delicado, con una canción en consonancia compuesta con su hermana y en la que pocos confiaban, Amar pelos dois, se alzó con el triunfo, contra todo pronóstico popular, en una de las más tópicas citas de la canción, el Festival de Eurovisión. Algo impensable, sorprendente y muy grato por imprevisto, y que a Salvador Sobral le convirtió poco menos que en un héroe nacional de su país, Portugal. Una «carga» que dice pesarle un poco por los conflictos y avatares mediáticos, a veces necesarios, pero que le ha valido para posicionarse y acometer una gran gira, también en España, con su propia música y la de compositores de su elección, además de colgar el cartel de «entradas agotadas» en gran parte de los lugares donde ha recalado.

Tras su operación de corazón, su aspecto y salud han mejorado, probablemente también por ese aura y talante vitalistas que le rodean y de los que hace gala allá por donde va. Dice lo que piensa, gesticula y, pese a ello, transmite serenidad, pero, sobre todo, hace lo que siempre ha querido, cantar, que, por otra parte, dice ser lo único que se le da bien.

Rodeado de los que siempre estuvieron a su lado, dijo no a todos los demás que en su día no lo tuvieron en cuenta y ahora acudían como moscas al pastel tras su triunfo en Europa. Una vez solventada su prioridad de salud, se preparó aun más que cuando pateaba garitos en Mallorca curtiendo su voz, en sus tiempos de estudiante de Psicología Deportiva. En 2016 lanza su primer disco en solitario, Excuse me, en el que abarca sus preferencias: el jazz, el bolero y la bossa nova, por ese orden. Sobral confiesa que algunos de sus principales referentes son el cool-jazz de Chet Baker, el pianista Brad Mehldau o Caetano Veloso, con el que apareció en el escenario para cantar juntos en la última edición del Festival de Eurovisión.

Después de un buen número de ciudades españolas es el turno de Córdoba para recibir la emocionante poesía hecha canciones de Salvador Sobral. Un nuevo camino que rompe los manidos moldes establecidos para dotar a la música en general de un soplo de sinceridad. En el escenario le acompañan en esta gira Júlio Resende al piano, Bruno Pedroso con la batería y André Rosinha a cargo del contrabajo.