En el cerro Majano, en el paraje conocido como Los Jarales encontramos un encinar acidófilo de escasa extensión, único en la comarca, que se desarrolla sobre un afloramiento de radiloaritas. Estas rocas están constituidas por los fósiles de unos animales marinos denominados radiolarios, que habitaron en el antiguo Mar de Tethys durante el Jurásico Medio-Superior, hace unos 170-150 millones de años. Cuando murieron estos microscópicos animales, sus caparazones silíceos, y por tanto ácidos, quedaron sedimentados en el fondo del mar en esta localización. Y cuando se retiraron las aguas hacia el sur, la vegetación que colonizó este suelo fue una vegetación acidófila y no basófila, como ocurrió en el resto del territorio del sur de Córdoba, estando presentes la jara pringosa (Cistus ladanifer), el jaguarzo negro (Cistus monspeliensis) y algunas especies de setas, más propias de la mitad norte de Córdoba, donde predominan las rocas con silicatos.